viernes, 20 de noviembre de 2015

Los jokers. Epílogo.



-Señor creo que hemos terminado con lo que se nos encomendó, todos los reactivos han sido reunidos y mezclados, ahora podemos proceder con el montaje del dispositivo que hará lo que llevamos años esperando, el gen que hace despertar a los brujos sea exterminado de la faz de la tierra-.

El consejo que estaba al completo dio el visto bueno para que el dispositivo fuera ensamblado. Pero no paso ni cinco minutos desde que los miembros del consejo dieran el visto bueno a los laboratorios donde se realizaban las labores de montaje cuando estos sufrieron un ataque en toda regla.


Los rebeldes habían invadido en pocos minutos las instalaciones y habían tomado el control. Entre las tropas rebeldes que llevaban más de tres siglos asediando al consejo y suprimiendo metódicamente todos sus pasos se encontraban los brujos, que desde que Rof había despertado empezaron a aparecer en distintos años y distintos lugares en los que si no era Rof era Max los recogían y los llevaban más allá del lugar donde solo los locos tenían la suficiente valentía para adentrarse, pues después de eso no se los volvía a ver.


El consejo había reinstaurando de nuevo a los Gefjon indultándolos y dándoles poderes más allá de lo que ellos jama pudieran imaginar, pues eran la única fuerza de ataque que antaño había acabado con los brujos.

Pero si había algo que los Gefjon no sabían y aprendieron rápido, era que en aquella época los brujos habían sido pillados con los pantalones bajados, pero ahora era una época muy distinta, los brujos habían sido alertados de antemano y con solo una fuerza de dos individuos al principio habían ido descubriendo que esos dos individuos no podían ser humanos y que tenían los poderes y la inteligencia de los dioses.

Ante estos nuevos hechos que ponían trabas  a la labor de la erradicación de aquellos que despertaban como brujos, los Gefjon empezaron a emplear técnicas más barriobajeras y mundanas para evitar estos despertares, cosa que como hasta ese momento no habían conseguido, provocando que los brujos que se despertaban fueran perseguidos y estos grabaran a fuego quienes les habían perseguido, provocando que una fuerza de dos individuos en diez años fuera de cincuenta, en cincuenta de un centenar y  en un siglo de medio millar, y que en los tres siglos que habían pasado esta fuerza contara con un millar de individuos.

Aun los Gefjon y el consejo los superaban en proporción de diez a uno, pero los brujos con forme iban pasando los siglos eran mucho más poderosos, como si la naturaleza les diera este extra para enfrentarse a sus adversarios y que las cosas tomaran otros derroteros, y con ello se llegase al equilibrio.

Pero si algo sabían los brujos era que si eran un millar de individuos, estos tenían la ventaja de longevidad. La vida del más joven de ellos se remontaba a dos siglos y la del más viejo a casi un milenio como era el caso de Max, que junto con su sobrino Rof, eran los artífices de los cambios que poco a poco se iban realizando en los clanes y que habían separado a los tres clanes principales en pequeños clanes que apoyaban a los brujos para conseguir una libertad que con el consejo solo era un espejismo o en clanes que apoyaban al consejo porque sabían que el poder aún estaba en sus manos y que si estos ganaban tendrían la carta del triunfo y el poder en sus manos.

Pero según iban las cosas solo había incertidumbre en ambos bandos y solo algo que más adelante pasaría provocaría que la guerra de los mil acabara y la historia se volviera a repetir, pero de distinta a forma.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Cambios inesperados. Capítulo II



-Todo comenzó hace un mes, -empezó Lalon- El emperador dio el visto bueno a una ley que los nobles como el barón Casrol deseaban desde hacía varias décadas. Otras familias nobles entre las que se incluyen las nuestras se mantuvieron neutrales en la decisión pues ellas no cambiarían la forma en la que hacían las cosas por lo que si esa ley se implementara, ellos no la usarían, esto provoco que los partidarios de la ley y los detractores empezaran una guerra fría para llevar a cabo sus objetivos.

Varias familias nobles detractoras sufrieron ciertos “accidentes”, - Lalon dejo ahora hablar a  Jial.- Mi padre sufrió uno de esos “accidentes” pues él era uno de los detractores, es más se podría decir que era el que con más fervor defendía que esa ley no podía aceptarse. Tras ese accidente mi padre murió en los días posteriores-.

Jial hizo una pausa pues aun tenia reciente la muerte de su padre, y la emoción de recordarlo se le atraganto en la garganta. Tomo un poco de aire, se calmó y continúo. – Tras eso mi hermano mayor heredo y se convirtió en el cabeza de familia. Tras ver lo que paso con nuestro padre, Joal se mantuvo en un segundo plano, pues ahora tenía una responsabilidad para con su casa y su familia, por ello no podía dejar que sus sentimientos de venganza le guiaran. Pero hubo un detonante que hizo que mi hermano provocara la ira de los defensores de la ley, y ello provoco que hubiera una guerra entre nuestra casa y las casas que defendía la ley.

Al principio los detractores se unieron a la causa de mi hermano y fueron ganando terreno, hasta que cayeron en la trampa que el barón Casrol y su mago Sargas les tendieron. Pues en una escaramuza llevada a cabo hace una semana uno de los hermanos del emperador perdió la vida bajo el acero de uno de los defensores de mi casa. Esto llego a oídos del emperador y movilizo sus tropas. La consecuencia fue que las casa detractoras cayeron dos días después y con ello el único impedimento de que la ley fuera aprobada por el emperador.

Como mi hermano fue capturado nuestra casa fue desintegrada y nuestros títulos retirados, así que mi madre y hermanas se refugiaron en casa de uno de sus hermanos pues serían bien acogidas pero yo que era el único varón y siguiente en la línea de sucesión fui despojado de mi derecho y me refugie en casa de Lalon y Pril. Sus padres y hermano mayor me acogieron sin reparos, pues nuestras familias llevan la misma sangre aunque hace tiempo sus caminos se separaron. Esto provocó la ira de los defensores de la ley, pues veían en la casa de Lalon y Pril la mayor amenaza, pues eran familia del emperador. Así que conspiraron y asesinaron a un tío de Pril y Lalon, su padre que sabía que había sido a consecuencia de mi acogida, nos mandó fuera de allí en una maniobra de despiste y para salvarnos diciendo que habíamos sido llevados a Carteleis un país donde van los nobles del imperio a aprender disciplina y entrenamiento militar. De esa forma su casa volvía a la neutralidad y el emperador podría juzgar a la casa que había enviado al asesino de su familiar sin ninguna consecuencia política-.

Los duendes del bosque estaban atentos y en tensión pues la historia les había atrapado desde el inicio, ya fuera por la buena narrativa de los jóvenes, o por sus voces barítonas que atrapaban la atención del espectador, pero los duendes reaccionaban de una forma u otra según la entonación que el narrador les daba, así había a veces caras de tensión, otras de frustración y otras de expectación.

-Pero todo el mundo sabía que el mandarnos a Carteleis era una simple tetra para salvarnos la vida, por eso mientras estábamos en camino, Sargas el mago de barón Casrol nos tendió una emboscada a unos cuantos kilómetros de aquí, en el camino que lleva al pueblo de Loters, donde teníamos que parar para pasar la noche.

La emboscada no resulto como había previsto Sargas, pues gracias a Pril que también practica el arte de la hechicería conseguimos detectar las trampas que Sargas había puesto y escapar hacia el bosque donde nos adentramos a pasar la noche y el resto ya los sabéis-.

Jial termino de hablar y el bosque al igual que todos los presentes quedo en silencio por unos instantes. Después de digerir toda la historia de los tres jóvenes los duendes los dejaron solos durante horas, aunque los tres jóvenes aun sentían la presencia de los duendes.

Tras un par de horas en las que los tres jóvenes habían hablado entre ellos, y habían teorizado sobre las posibles repercusiones que les podían caer por haber entrado en el bosque sin el permiso de los duendes, llegaron estos como se habían ido en silencio y con sus rostros calmos y serenos.

-Hemos discutido largo y tendido el asunto. Nosotros somos duendes del bosque y como tal no queremos interferir en asuntos de seres altos, pues al igual que nosotros no queremos que los seres altos interfieran en nuestros asuntos, por ese mismo motivo han pasado tantas lunas sin que los seres altos aparecieran por aquí, y solo los más ancianos de nosotros recuerdan la última vez que los duendes del bosque tratamos con seres altos. Es hoy un día especial pues los seres altos han entrado en nuestros dominós, en la antigüedad eso no era delito pero ahora si, por ello no nos queda más remedio que aplicar la ley del bosque-.

Lalon que iba a interrumpir al portavoz de los duendes fue detenido con un gesto de este. – No te precipites joven ser alto, pues aún no hemos acabado de hablar, y como a vosotros nos gusta que nos escuchen hasta el final-. Lalon y sus compañeros asintieron.

-Pero hay un pequeño asunto que no debemos pasar por alto, pues los seres altos no conocen la ley del bosque y por lo tanto tampoco conocían la prohibición, además de que estaban escapando para salvar la vida. Con todo ahora en el mortero podemos mezclar y obtener una solución al asunto. Los duendes hemos decido dejaros vivir, para ello os acompañaremos a la linde opuesta por la que entrasteis, pues aunque parezca grande el bosque por fuera, no lo es, pues es la magia que lo protege la que hace que los seres altos y otras criaturas que no tengan una afinidad con esta se confundan-.

Lalon, Pril y Jial sonrieron aliviados pues habían superado otra prueba en su largo camino para demostrar al emperador que se había dejado engatusar por quienes solo querían hacerle mal, pero para ello tendrían que recorrer un largo viaje.

- Gracias… -En ese momento se dieron cuenta de que no conocían el nombre de su interlocutor- Podéis llamarme Gyo, pues el nombre que me dieron mis padres no es posible que vuestra lengua lo consiga reproducir-.

Todos los duendes del bosque se dispersaron, pues la reunión había acabado y Gyo junto con Tyl y Bon serían los que se encargarían de guiar, acompañar y despedir a Lalon, Pril  Jial.

El camino no fue muy largo, los duendes se conocían muy bien todos los caminos del bosque, y la magia que impregnaba a este no les afectaba pues eran ellos los señores del bosque. Mientras caminaban Gyo les conto como poco a poco los duendes habían dejado de socializar con los seres altos, debido a que ellos vivían más años, e incluso el más viejo como dijo Gyo podía alcanzar el milenio.

-Pues sí, cada vez que nos juntábamos con los seres altos, todo lo relacionado con ellos había cambiado. Los seres altos que conocíamos hacía décadas que habían muerto y sus nietos ya estaban en la edad adulta según sus cánones y no nos reconocían, por ello poco a poco nos fuimos encerrando aquí en nuestro bosque ya que los cambios nos saturaban hasta extremos que palidecíamos de enfermedades del alma-.

Los tres humanos escuchaban atentos a la historia de Gyo con avidez para aprender y conocer la historia de los duendes. –Y poco a poco los siglos fueron pasando y nos fuimos alejando del mundo del exterior, y rara vez por no decir que un día de cada cien o doscientos años nos encontramos con seres altos-.

La tarde fue transcurriendo poco a poco y el camino de Lalon, Pri y Jial llegaba a su fin. Antes de que el sol se ocultara del todo los seis caminantes llegaron a la linde sur del bosque. Gyo, Tyl y Bon hicieron un alto y decidieron que como estaban tan cerca la noche, era mejor parar y acampar allí, así descansarían todo y a la mañana con los primeros rayos de sol se pondrían en camino, cada uno para su destino.

La primara parte de la noche paso rápido, la cena acompañada de relatos populares humanos junto con alguna cancioncilla duende la amenizaron y pronto llego la hora de acostarse. La temperatura era agradable dentro del bosque, gracias a la magia que lo protegía, que junto con el mullido suelo hacían que dormir al raso fuera un lujo en vez de una desventaja.

Gyo, Tyl y Bon se despertaron antes de que el solo saliera. El bosque aún estaba en penumbras pero como era costumbre en los duendes, siempre despertaban antes del amanecer, como previendo que el sol estaba a punto de salir y que debían estar antes despiertos para dale la bienvenida. Pril, Lalon y Jial, tardaron un poco más y solo cuando el primer rayo de sol traspaso la cúpula verde que formaban las copas de los arboles llego a su zona despertaron.

Tras una hora en la que desayunaron y se asearon un poco, se despidieron y cada uno toma su camino, los duendes regresaron a las profundidades del bosque deseando buena suerte y buen camino a los humanos y los humanos en dirección a Carteleis.

El camino esta vez fue más seguro, y en tres días en los que solo hicieron un alto para comer, y dormir,  llegaron a la ciudad donde permanecerían ocultos durante cuatro años.

viernes, 17 de julio de 2015

La falsa superioridad



Las teorías sobre la tecnologizacion de la humanidad han sido discutidas y analizadas por todos los científicos del mundo, pero ninguno de ellos llego a la conclusión de que esa tecnologizacion había alcanzado tal punto, que si el hombre no pudiera usar la tecnología solo sería un ente inofensivo para las demás especies, pues mientras estas evolucionaban según el entorno y se adaptaban a él, el ser humano lo único que hacía era adaptarse a través de la tecnología.

Por ello a finales del siglo XXI tras el primer contacto con una especie extraterrestre inteligente la humanidad se vanaglorio de que aquel contacto había sido gracias a su superioridad, cuando realmente había sido gracias a su debilidad, pues los extraterrestres con una cultura en la que la capacidad de adaptación tanto biológica como tecnológica había dado lugar a una evolución en la que si la tecnología dejara de existir podrían seguir siendo la cima de su mundo y de los muchos que habían colonizado y en mayor o menos medida adherido a su gran extensa red de aliados.

Y esta vez habían puesto ojo en un pequeño planeta azul, igual que el suyo en una galaxia que estaba a millones de años luz de la suya, pero que tenían conciencia de su existencia, pues por accidente habían dado con ella hacía ya milenios, cuando los humanos aún eran un conjunto de seres primitivos que estaban dando sus primeros pasos en su evolución.

Pero a diferencia de los otros contactos con la humanidad fueron diferentes, pues habían estado observando durante milenios su progreso,  en vez de darles la oportunidad de un contacto pacífico y una adhesión a la mancomunidad formada por diez planetas con vida habitables, hicieron algo cruel según términos humanos, pues si bien sabían que no supondrían una amenaza para ellos en cuando a fuerza armamentística, sí que lo eran en cuanto a evolución potencial, pues los humanos a están aún en plena expansión evolutiva y superarían en mucho a las razas de la mancomunidad cuando su línea evolutiva estuviera a punto de acabar o quien sabe que, pues los estudios de la mancomunidad no habían aclarado este punto, cosa que las razas que componían la mancomunidad ya casi habían alcanzado.

La primera oleada fue un pulso electromagnético que cubrió la totalidad de la tierra, provocando que todos los elementos electrónicos quedaran como meros pisapapeles. En esta primera oleada el caos, la destrucción y la masacre hicieron el más brutal y sanguinario acto de presencia, pues más de un cuarto de la población mundial desapareció de la faz de la tierra.

A esta ola se la llamo el primer advenimiento del apocalipsis, que según muchos de los supervivientes tendría lugar en cuatro etapas, la primera era la llegada de la muerte como paso. Tras eso llego la segunda ola o hambruna. Llego años después, pues aunque la población mundial había conseguido agruparse y subsistir como podían, con los alimentos que tenían no tendrían para mucho tiempo como así paso. Esta ola se llevó a un cinco por ciento de la población.

La tercera ola llego como se suponía, a esta se la llamo epidemia, pues la enfermedad pronto se propagaría por todos lados. Los muertos se agrupaban por centenares y aunque las pequeñas comunidades hacían lo que podían por enterrarlos, no eran los suficientemente rápidos, por lo que enfermedades como el cólera, diarreas, fiebres eran el pan de cada día.

Y por último la cuarta ola llego años después cuando la humanidad había sido reducida al cincuenta por ciento. Esta nueva ola sería más viral, pues los extraterrestres provocaron la guerra que muchos humanos hubieran querido antes de que estuvieran como estaban.

Pero como siempre había algo que los invasores olvidaban, y es que los humanos cuando están en riesgo de extinción pasan a la acción, y eso provoco que la humanidad llegara a un estado evolutivo igual al de sus adversarios, pues los últimos cincuenta años habían estado viviendo como hacía más de siete siglos, antes de que ningún tipo de tecnología tuviera cabida en la tierra, por ello las espadas, cuchillos, arcos, y flechas eran las armas que ahora se usaban, y además los humanos conocían su tierra y provocaron estragos en los extraterrestres que en aquel momento se vieron superados en todos los aspectos, y todo por su culpa, pues lo que más temían había comenzado y como ellos mismos habían experimentado no tendría vuelta atrás.

La mancomunidad que había estado hasta ese mismo momento al margen dio los primeros pasos para controlar la situación, pues los rottars podrían haber despertado al dragón durmiente. Y por ello querían antes de que el mal fuera irreparable frenar la locura que habían desatado. Pero al final dejaron las cosas en manos de los rottars debido a la vehemencia habían puestos estos y mostrando su orgullo como especia.

Las primeras escaramuzas no tardaron en llegar. Patrullas rottars fueron aniquiladas sin compasión. Los rottars que estaban acostumbrados a la resistencia de las especies autóctonas de cada planeta sabían a lo que se enfrentaban, pero nada de lo que habían visto antes podían haberlos llevado a comprender el error que habían cometido con aquella especie, pues las patrullas fueron las primeras en sufrir los estragos de aquellos ataques y no contentos con aniquilarlas, los humanos exhibían los restos de los rottars aniquilados y se los enviaban a sus campamentos.

Después de las patrullas vinieron los campamentos de avanzada y de control. Esta vez los ataques fueron más específicos y selectivos como si los humanos tuvieran un plan en mente, pero realmente no lo tenían, pues hacía siglos, por no decir milenios que los humanos hacían todo tipo de guerras y conocían muy bien las estrategias que ellos mismo habían ideado, pero también sabían que esas estrategias eran conocidas por los rottars, pues sino lo hubieran sido, no habrían sido reducidos a lo que ahora mismo eran.

Los primeros en caer en los campamentos, contra todo pronóstico, eran los mandos intermedios, pues todo el mundo sabía que la jerarquía rottar estaba divida en tres ramas, oficiales, suboficiales y soldados y también se sabía que los suboficiales eran el punto de nexo entre oficiales y soldados, pues los rottars aplicaban también su estructura social al ejército y los oficiales eran nobles mientras que los soldados eran plebeyos y según la ley no escrita rottar, ambos estamentos no se cruzaban palabra alguna, solo nos suboficiales cuyo rango era noble pero de menor categoría que los oficiales eran los encargados de recibir las ordenes de los oficiales y trasmitirlas a los soldados. Ante estos ataques los oficiales rottars fueron directos y las órdenes que dictaminaron fueron la perdición de los campos avanzados, pues sus órdenes impelían a los solados a que protegieran a los suboficiales, que en realidad era lo que buscaban los humanos, pues de esta forma las dos jerarquías restantes serian vulnerables.

Los rottars tardaron en llegar a esa conclusión, por lo que a mitad de año ya solo eran dueños de las grandes ciudades que con su tecnología las hacían más esplendorosas de lo que antaño fueron. Los humanos por su parte empezaron a organizarse en pequeños grupos, después en grupos más grandes, a continuación se formaron las primeras colonias, y meses después esta colonias se juntaron formado organizaciones de un tamaño considerable hasta que casi acabando el año estas organizaciones pasaron a ser lo que ahora se conoce como  la unión terrestre.

Conseguido el plan de que los humanos se unieran bajo un mismo objetivo y bandera, era hora de que estos se asentaran en los lugares cercanos a las ciudades para atemorizar a los ya atemorizados rottars. Estas ciudades humanas junto con la tecnología rottar que habían obtenido de los rottars aniquilados, empezaron a prosperar y rutas de todo tipo empezaron a surgir, de esta forma el comercio y la  migración de humanos de una a otra ciudad se hacía cada vez más abundante. Mientras tanto los rottars, hacían incursiones para atemorizar a los humanos pero estos eran más salvajes que los rottars y además con la tecnología rottar, se volvieron casi insuperables en todo tipo de estratagemas y ataques.

Pero había algo que los rottars no sabían y es que los humanos ya estaban dentro de sus ciudades formado grupos de rebeldes entre la población humana que habían sido acogidos por los rottars como esclavos. Por ello cinco años después de que los humanos empezaran la reconquista a la cual tildaron de segunda reconquista, debido a la semejanza que tenía con la reconquista que hicieron los españoles contra los musulmanes, pero claro está a mayor escala y con más problemas.

La expansión fue lenta y ardua, pues había muchos elementos en la mesa, además tras la conquista de las ciudades había que establecerse y estabilizar el territorio conquistado. Colocar a los regidores y llevar a cabo reestructuración e investigación, recolocación y reconstrucción.

Esto supuso un gran esfuerzo para los humanos, pues todo tenía que está bien atado y coordinado. Las tareas duraron más de seis años, pero fueron seis años en los que la humanidad empezaba volvía a sus dominios mientras que los rottars retrocedían. A los seis años y pocos meses la coalición humana había arrinconado a los rottars en su último bastión, pues el resto de la tierra estaba libre de ellos.

Aglutinados en la última ciudad rottar de la tierra fueron atacados desde todos los puntos, los humanos habían creado su propio ejército con nuevas armas y tácticas. La ciudad fue bombardeada, vapuleada, y mascarada en todos sus cimientos, pero aun así los humanos no fueron capaces de acabar con la reducida resistencia que oponían los invasores.

Desesperados, los humanos recurrieron a tácticas que antiguamente hubieran hecho que los muertos se revolvieran en sus tumbas, empezaron a manipular los elementos provocando que la tierra temblara, las lluvias no cesaran o el sol y el calor no dejaran ni gota de agua.

Pero solo una mente humana consiguió averiguar cómo acabar con la resistencia de la ciudad. Este humano, desconocido para muchos u conocido por unos pocos, pronto se hizo nombre con su mente poco ortodoxa y fuera de lo común. Esto se debió a que su crianza había sido realizada en una de las ciudades rottar, por ello aunque solo era un simple esclavo, se percató de que los rottars eran unos seres colectivos y casi todos sus pasos eran consensuados antes de ser dados además de que sus estructuras jerárquicas nunca eran cuestionadas y cada rottar tenía su lugar.

Esto fue la brecha que aprovecho el comandante humano, pues qué pasaría si los humanos por un lado declaran la paz y por otro atacan. Esto sería una mera contradicción en la que las decisiones colectivas rottar no podrían resolver, pues para atacar o aceptar la paz, primero debían ver los pros y los contras de ambas opciones, discutirla entre las clases altas y por ultimo pronunciarse, así que esta brecha en la corteza rottar fue el punto de inflexión en la guerra y la estrategia. Por un lado declarar la paz a los rottar y al mismo tiempo atacarlos fue lo que llevo a los rottar a la aniquilación en el planeta.

Tras esto, los rottars que aún quedaban en órbita desistieron por el momento de su conquista y volvieron a su mundo de origen, pero algo habían dejado atrás que más pronto o más temprano descubrirían si alguna vez volvían a aquel planeta azul, pero eso sería otro cantar, pues los rottars aun tendrían que curar sus heridas e intentar que las otras razas inteligentes que consideraban aliadas y enemigas vieran que habían sido derrotados por una especie subdesarrollada para los cánones galácticos.