Los años seguían pasando y los datos que salieron hace ya un
lustro de la colonia tres fueron a parar a manos de un joven científico de la
colonia siete que estaba cerca de la frontera entre Rusia y Asia.
Aquel joven que siempre lo había considerado alguien con
algún tipo de problema mental porque era raro y excéntrico, descubrió un
pequeño defecto en una parte de la programación cercana al núcleo de una
máquina de servicio rudimentaria.
Por lo que para probar si ese defecto era viable intento
reprogramar esa parte mediante un pequeño script que cargaría en la red global
camuflado como una imagen de un libro que las maquinas habían dado el visto
bueno para que llegara al terminal del director de la colonia que se había hecho
famoso por su rápido ascenso en la jerarquía y que las maquinas había agradado
mucho a estas, y por ello, todos sabían que sus privilegios eran muy superiores
a otros directores de colonias.
La idea era que al abrir aquel libro que le llegaría de un
correo seguro, o por lo menos eso era la apariencia que el joven le había dado
al correo, e infectara a las máquinas de su casa. Además ese pequeño código
luego enviaría los datos obtenidos por el ataque al joven para su análisis.
Pero al asunto no sería tan fácil como había supuesto, pues aunque el
funcionario abrió el archivo, su sistema estaba más protegido de lo normal, por
lo que el código camuflado no se llegó a ejecutar y el terminal donde se fue
abrir lo bloqueo para su análisis.
Días después de haber mandado el correo, en la colonia siete
hubo una inspección de seguridad sorpresa y todos aquellos requeridos para
dicha inspección fueron trasladados al edificio de seguridad. Entre ellos
estaba el joven que había creado y enviado el código.
Sabía que pronto darían con él y que lo llevarían a lo que
vulgarmente llamaba reeducación procesal, aunque lo que realmente lo que se
hacia allí era la utilización de los rebeldes como meras fuentes de
alimentación para las maquinas. Los cuerpos de aquellos que eran pillados eran
sometidos a una muerte cerebral y se les mantenía con vida artificialmente, así
estos cuerpos serían usados para generar calor que se usaría en grandes
centrales térmicas que generarían la energía suficiente para las maquinas, o
también para posibles reemplazos de algún órgano, o simplemente como
escarmiento para el resto de la población.
Pero eso no es lo que paso aquel día, pues la verdadera razón
de la inspección era tapar el verdadero propósito del director de la colonia
siete. Así que tras unos test que todos los humanos habían realizado y solo uno
había pasado de forma satisfactoria, fueron devueltos a sus quehaceres, y el
joven que lo paso fue reclutado como ayudante del director de la colonia.
-Esto no es una simple recompensa, simplemente has sido más
inteligente que los demás Iván. Por ello creo que tú y yo debemos trabajar
juntos. – Iván que no tenía más de 18 años tras perder la tensión de aquel que
es cazado haciendo algo que no debía, asintió, pero por otro lado estaba
sorprendido por la actitud del director al no denunciarlo a sus amos las
maquinas.
-Señor sé que no estoy aquí porque sea más inteligente, sé
que estoy aquí porque usted vio que mi test era el test de la persona que
introdujo un código sospechoso en su correo, ahora bien como ambos sabemos que
yo fui el causante de ese código ¿quisiera saber porque no me delata?- el director
un humano alto, de piel negra y con el
pelo canoso que por su aspecto tenia pinta de proceder de la antigua Norteamérica
o de lo que era la colonia ocho, invito a Iván a que se sentara en una de la
dos sillas que había enfrente de su mesa.
El director dio la espalda a Iván y se dirigió hacia su
sillón en el cual se sentó.- Joven, aunque tu estas ahí y yo estoy aquí ambos
tenemos la misma esperanza. He vivido más de treinta años bajo el yugo de las
maquinas, he visto morir a gente que tenía tu edad e incluso menos años por lo
que tu intentabas hacer y no hice nada salvo la de seguir las ordenes de unas
máquinas que la propia humanidad creo y fue tan estúpida o inteligente, según a
quien preguntes, de dejarse engañar por las máquinas y después dejarse gobernar
por ellas.
-Iván seguía de pie enfrente del escritorio del director de
la colonia esperando a que este le diera la respuesta que esperaba. – Hay algo
que anhelo desde hace mucho tiempo, y es poder salir a la calle tomar el aire y
no tener que preocuparme de si hoy será un día en el que no tenga que mandar a
reeducar a nadie o no, solo quiero que todo esto acabe para bien o para mal-.
Los minutos pasaban e Iván se impacientaba, estaba ante un
viejo que había vivido la vida como él había elegido, y ahora en la etapa final
de su viaje se lamentaba de haber elegido aquel camino. Pero a él que le
importaba esa historia, él lo único que quería saber era que iba a ser de él.
-Te estarás preguntando porque te cuento esto, pues es
simple, creo que tú has creado algo que puede dar la vuelta a la situación y
creo que lo que has creado no está completo. En estos dos días he estado
analizando el código y te digo que sí, vas bien en caminado a conseguir lo que
buscas y obtener información sobre esa vulnerabilidad en la programación que
las maquinas, pero ahora te pregunto ¿tú crees que esa vulnerabilidad no es
conocida por las máquinas o no han puesto algún sistema de seguridad entorno a
ella?-. El director espero unos minutos a que Iván procesara la información que
había recibido hace unos instantes.
-Exacto, no puedes responder porque no lo sabes, y como no
lo sabes te ibas a tirar a una piscina que no sabes si esta llega o vacía, por
ello te he traído aquí para por un lado salvar tu culo blanco y por otro lado
para que me ayudes con tus conocimientos en este código-. El director le tendió
una tableta en la que se podía verse un código muy bien organizado y elaborado.
Iván estudio el código durante unos minutos y pronto saco algún
que otro pequeño fallo. – En esta línea debería tener en cuenta que una vez se
procesa esta función el resultado es mandado a esta otra función, pero no se ha
dado cuenta de que ese resultado obtenido también es necesario en la parte
final del programa, pues como puede ver, esa última parte es un conjunto de
cálculos en los que los factores que se van obteniendo de cada función son
analizados y después procesados en esta última parte, así teniendo un análisis
completo de todos los resultados, calcular los valores indicativos es cosa de
una línea de código y no es necesario tener una función para realizar esa
parte, pues se puede englobar al final de esta función que es la que recibe
todos los parámetros-.
El director se quedó mirando a Iván y sonrió. – Interesante
aportación, eso que has dicho haría el código más liviano y ahorraría carga y
tiempo de procesamiento. Me ha sorprendido que con solo mirar el código por
encima haya obtenido ese detalla-. Iván no le dio mucha importancia, es más ese
código era muy fácil para él.
-Lo siento señor, pero eso es muy fácil de ver, no entiendo
porque no lo ha solucionado usted-. –Realmente si lo hice, es más ese código
tan simple es una versión antigua y además es una parte de un código más
complejo, en el cual el código que tú me enviaste esta insertado, lo que pasa
que hay un pequeño fallo en la programación y hay que resolverlo. Acércate y te
enseño el código completo, quiero que tú veas que puede fallar-.
Iván se quedó sorprendido, pensaba que un director de
colonia no tendría ningún tipo de sentimiento contrario a las máquinas, pero se
equivocaba y el director de la colonia a la que pertenecía podría ser la
excepción que confirma la regla. Se acercó y se situó al lado del sillón del
director. En ese momento empezó a analizar el código fuente de la aplicación
con detenimiento.
Estaba tan concentrado en el código que no se dio cuenta que
el director lo dejo solo tras ser requerido por las máquinas para que
presentara su informe mensual. Tras varias horas en las que Iván analizo el
código, necesito algo para tomar notas y en ese momento fue cuando se dio
cuenta de que estaba solo en el despacho, así que rebusco en los cajos en busca
de papel y lápiz. Mientras rebuscaba el director entro en la sala e Iván rojo
como un tomate pronto empezó a disculparse y a tartamudeará.
-No…. E….es....lo….qué….parece, es…taba bus….cando ppppapel
y lápiz-. El director que no mostro ningún gesto de enfado le señalo un cajón.
– En ese cajón, el primero de la izquierda del mueble que hay al lado de la
ventana-. Iván se dio la vuelta y miro en el mueble, saco un cuaderno y un
lápiz y se sentó de nuevo.
Mientras que tomaba notas
sobre las ocurrencias que le habían venido a la mente cuando analizaba
el código, preguntaba al director de la colonia sobre una u otra función que no
le quedaba clara que hacía o que pintaba en la parte del código donde estaba
ubicada.
La tarde se pasó volando, o por lo menos esa fue la
impresión que le dio al joven que se dio cuenta de que ya estaba próximo el
ocaso. – Es hora de que dejemos esto para mañana. Mañana estate aquí a las 9:00
te harán un par de preguntas unos funcionarios públicos para comenzar con tu
investigación personal, mientras te darán una autorización temporal hasta que
te consideren apto. – Iván asentía a las
palabras del director, pero algo le hizo clic en la cabeza,- señor he de
informarle de una cosa que pueda que salga en esta supuesta investigación que
van a hacerme. – El director le insto a que siguiera hablando.- Mis padres
fueron reeducados y yo pase a formar parte de la “gran familia de la colonia”
solo hace un par de años que salí de centro de crianza colonial ya que mi edad
y mi formación así lo indicaban. Solo quería que usted fuera consciente de que
puede que los estándares de las maquinas se apliquen a mi como posible
revolucionario, pero no es ni mucho menos, por lo menos de cara al sistema,
pues desde que salí del centro he sido un colono modélico, y solo en mi faceta/identidad
virtual se me puede considera un cyberterrorista-. El director solo le hizo una
pregunta- ¿Alguna vez han conseguido asociar tu alter ego con tu persona real?-
Iván negó con la cabeza.
Tras esto Iván dejo el despacho y se dirigió a su casa,
donde le daría vueltas a la cabeza e intentaría sacar algo en claro, pues todo
lo que había pasado aquel día había sido lo más extraño que podría haberle
sucedido.