miércoles, 13 de enero de 2016

Cambios inesperados. Capítulo III



-Pril es un honor para mí darte la enhorabuena, pues acabas de terminar tus estudios como mago supremo. Es más estoy henchido de orgullo hacia ti, eres el primer alumno que tengo que llega a este puesto en solo cuatro años-. El maestro Holonidos estaba exultante de felicidad, además, sus cejas blancas y espesas parecían menos espesas y sus ojos mantenían un brillo especial por los logros de su alumno. – Sabes que ahora podrás vagar por el mundo sin necesidad de dar explicaciones a nadie, se te abrirán todas las puertas y las leyes locales y nacionales no tendrán efecto sobre ti, eso sí, también deberás saber que todos tus actos no solo repercutirán en tu nombre sino también repercutirán en la escuela, por ello he de decirte que pienses muy bien antes de actuar, pues si de algo me he dado cuenta y todos los maestros que te han enseñado, es que dentro de tu juventud se esconde una sabiduría que pocos con tu edad alcanzan pero también estas revolucionado por la edad, y eso en si puede ser un coctel explosivo-. Holonidos y Pril se abrazaron y se desearon suerte. El anillo de mago supremo de Pril ya estaba ligado a él y solo se lo quitaría cuando muriera.

Era media tarde cuando llego al coliseum tras haber dejado a su maestro, y aunque la escuela de magia y el coliseum estaban relativamente cerca, la ciudad estaba abarrotada debido a que  el emperador había realizado una visita al regente tras la llamada de este último. Y como era costumbre en el imperio, toda su corte había llegado a la ciudad con él, entre ellos Casrol y los nobles que hacía cuatro años habían mandado a Sargas perseguirlos y que habían dejado que la labor se enfriara poco a poco al ver que no daban con ellos y no creían que aparecieran en un tiempo. Además la situación había cambiado y ahora con el control del consejo tenían más confianza, por lo que sí aparecían de nuevo no les supondría un inconveniente.

Cuando Pril llego al coliseum se encontró con Jial. –Por fin llegas, creía que no llegarías a tiempo, sabes que tu hermano nos tiene que decir algo importante y además, creo que tendremos que salir rápido de aquí, Sargas está por la ciudad.- Pril asintió – Si lo sé, es más me encontré con él en la escuela, y doy gracias a que han pasado más de cuatro años, pues cuando me vio y oyó mi nombre no me reconoció, así que por ese lado tenemos suerte, parece que se han olvidado de nosotros-.

-Sí, he oído cosas desde que me uní al gremio, parece ser que nuestras familias siguen siendo neutrales y gracias a que nosotros desaparecimos han tenido una relativa calma, se puede decir que han pasado desapercibidas-. Jial que desde que llego a la ciudad había sido reclutado por los reguladores había llegado rápidamente a las cotas altas del gremio, aunque su apariencia de mojigato ocultaba su verdadera naturaleza, era un ávido recolector de todo tipo de chismes y gracias a su perspicacia y mentalidad heterodoxa, conseguía descifrar mensajes dentro de mensajes,  acertijos que parecían imposibles y cualquier código que se le resistirá a cualquier otro regulador. Por ello desde hacía dos años había sido enviado regularmente a misiones que se suponían imposibles de completar.
Mientras los dos hablaban, Lalon apareció por la puerta principal del coliseum. – Ey venir aquí os tengo reservados un par de asientos, parece sér que vamos a hacer algún tipo de espectáculo para el emperador en el evento de la graduación de los nuevos maestros.- Pril y Jial se acercaron a donde Lalon, pero antes de que entraran Lalon abrazo a su hermano gemelo mientras le susurraba algo al oído – Felicidades hermanito ya me he enterado de que ahora eres un mago supremo. Te ha costado más de lo que esperaba- En ese momento ambos hermanos abrazados se empezaron a reír y Jial que estaba apartado los miro enarcando una ceja.

-Lalon dice que me ha costado más de lo que se esperaba convertirme en mago supremo-. Jial puso los ojos en blanco y se unió a las risas, pero no si antes soltar una puya a Lalon- Pues no sé qué decir Pril, creo que el único de los tres que aún no es nadie es Lalon.- Entonces en ese momento los dos Pril y Jial se empezaron a destornillar de risa mientras que Lalon ponía un gesto enfurruñado y los instaba a que andarán hacia sus localidades en el coliseum.

Mientras se iba acomodando el público en sus respectivos asientos, los examinados iban pasando por los vestuarios para irse preparando mientras esperaban su turno de saltar a la arena para su examen. Los nervios estaban a flor de piel y el ambiente estaba tenso a más no poder. Los segundos parecían minutos y los minutos horas. Pero todo esto quedo hecho añicos cuando el primero de los examinados fue llamado.

La tensión aumento y los examinados fueron desquitándosela de diferentes maneras. Algunos practicaban lanzando sablazos al aire, otros oraban a sus dioses y así casi todos salvo Lalon, él cual aunque nervioso por dentro por fuera tenía un gran autocontrol y no dejaba que ningún síntoma de lo que sentía por dentro se trasluciera en su físico.

Los examinados fueron pasando uno por uno por las puertas que daban al coliseum, de los diez que ya habían sido examinados solo uno de ellos había pasado la prueba y había sido ascendido a águila dorada, que era el quinto rango del coliseum.

Este graduado no paso a los vestuarios o la enfermería como el resto, sino que se colocó en la grada donde los demás miembros de su rango estaban. Tras unos diez o quince aspirantes de los cuales solo tres más habían pasado el examen y el que mayor rango había sido un lobo blanco que era el rango siete, le tocaba el turno a Lalon.

Las pruebas de los veinticinco anteriores solo habían coincidido en dos, el resto había sido diferentes, por lo que Lalon se concentró e ignoro todo lo que le habían contado los participantes anteriores, y solo recurriría a esos conocimientos si la prueba le sonaba de la las historias de los demás.

Guiado por uno de los ayudantes de los jueces salió al coliseum y allí aguardo a que los jueces le explicaran lo que tenían preparado para él. Las pruebas del examen estaban acordadas con los maestros de cada examinado, por lo que la prueba se centraba en el nivel del examinado.

En este caso Lalon era de los pocos que se presentaban a un nivel muy por encima de los anteriores pues su nivel estaba casi a la altura de los dragones y eso sorprendió a los jueces pues solo había habido uno de los examinados en toda la historia que realizara aquella prueba en el primer examen y aún más importante, que acabara en las filas de los dragones.

La prueba que dictaminaron los jueces constaba de tres partes, la primera de las partes era sobre inteligencia, la segunda supervivencia y la última, combate. Las tres pruebas estaban relacionadas entre sí, pues la superación de una desencadenaba la siguiente y así hasta el final. La primera prueba consistía en descubrir la solución de un acertijo que los jueces consideraron que era de un nivel de inteligencia muy superior a la prueba, esta había sido consensuada con los reguladores, pues no querían que ningún examinado de ese año llegara a aprobar ese nivel, aunque los maestros decían que tenían el nivel, los jueces sabían que no era del todo cierto, pues los maestros de cada individuo obtenía prestigio y reputación contra mayor fueran los resultados de sus alumnos.

Todo lo que toca se pudre, pero a la vez esta podredumbre exhorta a vivir, solo uno cosa puede ser inmune a ese toque, pues está más allá de él, o eso se cree.

-¿Qué es lo que corrompe y lo que no puede ser corrompido?- Lalon no necesito mucho tiempo para saber la respuesta, pues de pequeño uno de sus tutores le había propuesto un acertijo similar.

-La muerte,  el tiempo y los dioses. Pues con la muerte todo cuerpo vivo se pudre y a la vez esta podredumbre puede ser el acicate para que nueva vida brote y el tiempo es el único que está más allá de la muerte pues se considera eterno, o eso se cree, ya que los dioses son más eternos que el tiempo, porque son ellos los que crearon el propio tiempo y fueron ellos los que lo dotaron de eternidad-.

Los jueces aunque asombrados por la contestación de Lalon no lo dejaron entrever.  – Correcto joven, las tres cosas son la respuesta al acertijo. Por ello ahora que sabes que la muerte es podredumbre, y los dioses y el tiempo eternos, pasemos  a la segunda prueba.

Esta consiste en que debes adentrarte en un territorio desconocido, oscuro y hostil. Este territorio será simulado por un encantamiento y todos los presentes podrán ver tus avances. La prueba termina de dos formas, que llegues al final de la prueba pasándola o que te equivoques en alguno de los avances. En ambos casos esta prueba no definirá tu suspenso en el examen, pues ambos finales desembocan en la última prueba, el asunto seria que la última prueba se presentaría de forma diferente según como se acabe la segunda-.

Lalon asintió a los jueces y dio la señal de que estaba preparado. La simulación mágica empezó a cobrar vida y tras unos segundos Lalon se encontraba en un pantano oscuro. Todo a su alrededor era muy real. El tacto de las plantas, el agua que mojaba sus botas, hasta el calor que hacía en un pantano de verdad se le antojaba exorbitado. Siempre había tenido respeto por la magia, es más su propio hermano era un mago y quisiera él o no había convivido con la magia durante toda su existencia.

Lalon espero a que los jueces dieran la señal para empezar pero antes, estos le dijeron que la prueba finalizaba en tres horas, y que en esas tres horas debía salir del pantano y buscar un valle entre las montañas.

Lalon asintió y comenzó con la prueba después de que los jueces dijeran que la prueba empezaba. Lalon rápidamente se dirigió al oeste, pues hacia allí se podía distinguir la silueta de las montañas y como él sabía, si tenía que encontrar un valle este tendría que estar en alguna montaña.

El camino cada vez se fue haciendo más duro, pues el calor más el barrizal y los insectos que lo atosigaban hacían que conforme daba un paso su destino se alejaba poco a poco. Pero de repente algo destello en su mente, algo que había aprendido en una de sus muchas aventuras y corredurías de niño, junto con su padre habían quedado en la misma situación hacía ya tiempo cuando era apenas un mocoso de diez años.

Un día de caza se perdieron en un bosque cuyo ambiente era muy parecido al pantano y en ese momento su padre le dijo que en aquellos ambientes tórridos y húmedos el sentido de la vista y el tacto podrían engañar a uno. Por ello, debía seguir su instinto diera igual lo que viera o sintiera físicamente.
Por ello cambio rumbo noroeste pues algo en su interior le indicaba que debía ir en aquella dirección. Camino y camino sin descanso  y cuando se quiso dar cuenta había llegado al linde del pantano. Allí vio el sendero que lo llevaría al valle donde tendría que afrontar la tercera y última prueba.

Tras llegar al valle, los jueces interrumpieron un momento la simulación para dar la explicación pertinente a la prueba. – Bien esta prueba consiste en que deberás luchar contra tu animal sagrado. Esto quiere decir que todo guerrero tiene un tótem afín a él, por ello y gracias a la magia tu espíritu animal se manifestara y tendrás que luchar contra él. Podrás elegir las armas y formas de lucha que prefieras,  la prueba acabara cuando uno de los dos se rinda al otro. ¿Queda claro? A esta prueba solo podrán asistir aquellos cuyo rango sea superior a águila imperial o mago supremo, el resto de espectadores se les aplicara un hechizo de ceguera y sordera. –

Tras un par de salmos cantados por los magos se ejecutó el hechizo de sordera y ceguera en  aquellos cuyo nivel era inferior. Tras esto se ejecutó el hechizo para que el espíritu sagrado de Lalon se manifestara. Tras aparecer el espíritu materializado en el coliseum, se produjeron gritos de exclamaciones y horror por igual entre aquellos que sí pudieron ver que estaba sucediendo.

Los examinadores pidieron una explicación a los invocadores y estos a su vez contestaron que el hechizo se había llevado a cabo correctamente y que si aquel ser había aparecido era porque es lo que Lalon tenía en su interior.

Lalon que había visto como su espíritu se materializaba de tal forma comprendía que eso era algo fuera de lo normal o por lo menos era algo poco usual, pues rara vez había aparecido en la historia del coliseum un estudiante con dicho espíritu. Después de que la conmoción general paso, Lalon se preparó para hacer frente a su espíritu pero algo le tenía intranquilo, y aunque sabía que era solo era una materialización de su propio espíritu, también tenía miedo de que no estuviera a la altura de tan grandioso espíritu.

Así que con el nerviosismo que había vuelto a reaparecer, hizo frente al dragón negro que tenía enfrente de él.  Los espectadores enmudecieron con el primer ataque. Lalon había puesto todo en él no había provocado nada en el dragón que tenía enfrente suyo.

Por lo que el ánimo ya decaído del joven guerrero decayó aún más, pues ya no solo era la primera embestida la que no resultaba, sino que también la segunda y la tercera y así hasta una veintena de veces, y el dragón cada vez que había atacado había herido en alguna parte del cuerpo a Lalon.

Ante esta perspectiva tan funesta, Lalon no sabía qué hacer, solo intentaba defenderse y  sabía que su examen había llegado al final y que estaba suspendido, por lo que solo esperaba no salir muy mal herido del examen como había pasado con otros alumnos. Aunque Lalon era de los que no se rendían fácilmente estaba a punto de dar por concluido el combate cuando una voz resonó en su mente.

La voz parecía venir de muy lejos, además su tono pausado y suave hizo que Lalon se relajara y dejara su mente en blanco.

-Saludos pequeño mortal, soy Ig’burahortian, y aunque los dragones ya no existimos debido a nuestros problemas con las demás razas, los dioses nos dieron a elegir entre la extinción total o la eterna reencarnación en aquellas razas a las cuales martirizamos en el plano terrenal. Y si esas reencarnaciones satisfacían a los dioses estos prometieron que podríamos volver a existir.- Lalon escuchaba en su mente parado enfrente del dragón mientras el público se empezaba a impacientar por la falta de actividad. –Debes hacer algo pues creo que si fallas yo fallo y entonces tendré que esperar a tu muerte y ver si hay suerte en mi siguiente reencarnación.-

-¿Y que es lo que pretendes que haga yo, ya has visto que no soy capaz de hacer un rasguño a tu cuerpo?- Ig’bur se quedó pensativo unos segundos. – Creo que puedo ayudarte, pero si lo hago habrá consecuencias, ¿estás dispuesto a ello?-

Lalon no puedo menos que aceptar ya que quería graduarse, y aunque fuera con un simple grado cinco y no ser el único de los tres que habían llegado a la ciudad y no graduarse en su especialidad.

-Lalon debes saber que una vez el proceso se haya completado no habrá vuelta atrás, por ello he de decirte que si lo llevamos a cabo los dioses concederán el deseo de mi raza de volver a vivir en el plano material y tú serás uno conmigo. Viviremos hasta que los dioses quieran o el mundo muera. Por ello he de estar seguro de que aceptaras, al principio (unos dos siglos o así), no tendrás cambios significativos, pero a partir de ese tiempo puede que los cambios físicos hagan aparición, pues como sabrás la estructura humana no está adecuada a la vida eterna-.

Lalon no se lo pensó mucho, su mente clara y su corazón sabían que algo raro estaba pasando y que un dragón que hacia milenios que habían dejado de existir por la incomprensión entre los humanos y ellos le hacían decir que sí, pero también por otro lado, su lado humano le prevenía que al vivir eternamente estaría solo y esa perspectiva era aterradora, pero algo había más, pues pareciera como si estuviera ansioso, porque conocía algo que en ese momento se le escondía en lo más recóndito de su mente.

-Está bien Ig’burahortian, seremos uno solo y nos haremos compañía el uno al otro eternamente.- Ig’burahortian en su forma materializada rugió como nunca lo había hecho, pues su más profundo deseo se había por fin cumplido tras siglos de reencarnaciones.

No hubo fuegos artificiales ni nada por el estilo, solo una pequeña aura que rodeo a Lalon. Esta aura corrió por las venas del joven y le dio capacidades que hasta ahora solo estaban latentes. Por un lado abrió su mente a un conocimiento que era más basto y amplio que el propio mundo, y por otro lado sus facultades arcanas afloraron de diferentes formas.

Estos cambios imperceptibles al ojo humano normal, sí que fueron percibidos por los magos supremos reunidos y por alguno de los maestros dragón de las gradas. Y estos fueron los que dieron aviso a los examinadores, aunque no fuera necesario hacerlo pues también ellos se percataron.

-Ahora somos dos entes en uno solo, por lo tanto todo lo que hagamos será en beneficio de ambos, pues aunque habitemos en un solo cuerpo somos dos entes independientes y por ende debemos llegar a consenso para actuar.- Lalon asintió de forma enérgica, o eso pensaba que hacía, pues ahora que eran dos y su cuerpo no solo no le pertenecía a él.

-Ahora lo primero que debemos hacer es pasar este examen ¿te parece Ig’bur?- Ig’bur rugió en señal de afirmación.

Y no paso ni un segundo que un haz de luz blanca negruzca salió de la mano de Lalon e impacto en la materialización de Ig’burahortian provocando que la materialización de este desapareciera.

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