sábado, 11 de mayo de 2013

La danza I. Los etéreos



Parecía como si estuviera bailando te lo juro.

Los dos jóvenes se quedaron silenciosos durante unos minutos. La narración de la escena del a noche anterior todavía estaba realizando su trabajo en sus ahora febriles mentes.

-Entonces dices que lo viste a la luz de la luna mientras dabas un paseo por el bosque  ¿no es  cierto?-

Paul, cuyos ojos azules y sus cabellos rojizos no quitaba ojo de su amigo un tanto más pequeño que él pero con una claridad de mente que podría decirse que superaba a muchos de los adultos con los que se encontraban, estaban plantados en mitad de la calle.

-Si lo vi en el bosque, en el claro de los dioses, estaba rodeado de no sé cómo describirlo, porque no tuve tiempo a ver mucho. Solo puedo decir que sus dos espadas curvas hendían el aire y reflejaban la luz de la luna dándoles un toque mortecino y lúgubre-.

De nuevo ambos jóvenes se quedaron pensativos, Paul que aún no se creía del todo el relato de Robert, quería investigar dichos hechos, ya que según había estado leyendo recientemente solo había un puñado de gente que pudiera realizar tal hazaña y toda ella estaba muerta. Por lo que cuando lo leyó se deprimió, pero ahora la historia de Robert le volvió a abrir la luz a una puerta ya oscura y cerrada.

Robert esta noche tenemos que ir a allí, a ver si tenemos suerte y lo vemos. – Pero mientras Robert esperaba a decidirse la madre de Paul hizo acto de presencia entre ambos jóvenes- ¿Dónde pretendes ir esta noche joven?-

El rostro ceñudo y mohíno que Paul conocía como así mismo estaba delante de el en ese mismo momento. Ante tal hecho la discusión estaba perdida así que se arrebujo en el cuello de la camisa que llevaba puesta y en un susurro casi inaudible para cualquier mortal salvo para su madre dijo – a ningún sitio madre-

La madre de Paul contenta con su victoria cogió a ambos de las manos y los llevo al mercado para que la ayudaran con la compra.

Pero aun así, Paul no se dio por vencido y esa misma tarde volvió a hablar con Robert.

Me tienes que llevar, aunque sea ahora mismo, para saber dónde es exactamente ya que el claro de los dioses es muy grande, y si esta noche puedo me escapare e iré a echar un ojo. –Robert al igual que a su madre, le tenía un gran respeto a la madre de Paul, ya que si se enteraba tanto su madre como la de Paul le regañarían por incentivar la loca imaginación de Paul.

Bien, pero yo no quiero saber nada, si me preguntan yo no te dije nada, y fuiste tú el que se fue sin decirme donde – El semblante temeroso de Robert también era muy conocido por su amigo.- No te preocupes Robert, todo es cosa mía y tú no sabías nada. –Y una ancha sonrisa de satisfacción apareció en la cara del joven Paul.

Cuando llegaron el lugar estaba desierto, ambos inspeccionaron todos los lugares de aquel lugar, y solo encontraron signos de que alguien había estado allí y nada más. Paul excitado no se percató de un simple hecho que podría haberle cambiado la vida, y era el fino tajo que había en una de las cortezas de un árbol cercano.

Decepcionado por el hecho de que no habían hallado pruebas de lucha, y porque la tarde estaba llegando ya a su cenit, ambos jóvenes se alejaron del lugar en dirección Sotomonte, la ciudad que quedaba a un par de kilómetros y a donde ellos Vivian.

Paul ya había terminado de cenar cuando su madre se le acerco.

-¿De que hablabais esta mañana Robert y tú? –La madre de Paul se sentó a su lado – De nada, de una historia que leyó el otro día en un libro sobre los etéreos.

La madre de Paul que conocía muy bien la historia de Garland, no se sorprendió al escuchar dicho nombre.

Paul me tienes que prometer que no te inmiscuirás con esos seres, ¿estamos? –Paul  la miro sorprendido, ya que era la primera vez que alguien hablaba directamente de los etéreos, aquellos seres que según las leyes eran enemigos del mundo y eran la maldad personificada-.

Pero madre, ¿cómo quieres que me mantenga alejado de los etéreos si no se si existen o no, o como son? El maestro que es un mago no nos explica nada, solo que la magia esto, la magia aquello, que hay que seguir las leyes de la magia, los distintos organismos del imperio, las instituciones. –Hizo un gesto contrariado con la mano-.

La madre de Paul se quedó ensimismada en el fuego de la chimenea un instante y tras eso, el fuego comenzó a arder con más intensidad y virulencia.

<< Como son dices, son como tu tú como yo hijo. Creo que ya es hora de que conozcas tus orígenes. >>

Entonces la madre de Paul comenzó a relatarle los hechos acaecidos desde la creación del mundo hasta los días actuales.

<< El mundo fue creado por los dioses y estos instauraron en él una armonía que consistía en el equilibrio de las cosas. Puso el fuego, el agua, la tierra, el aire, y la magia.

Tras eso crearon a las bestias y seres irracionales. Una vez que las hubieron creado, pasaron eones hasta que se aburrieron de un mundo donde solo subsistían los más fuertes de aquellos seres, por lo que les implantaron cierta inteligencia y eso dio lugar a los orcos, goblins, trolls, gigantes  y  demás seres que se guían por las ansias de sangre y por la fuerza.

Viendo su error los dioses introdujeron en el mundo a las razas racionales, es decir, a humanos, elfos, enanos, gnomos, los cuales vivan todos juntos al principio, pero sus diferentes características hicieron que se dispersaran, por su falta de afinidad, aunque como sabemos algunos miembros pueden vivir juntos y hasta amarse.

Con esto los dioses equilibraron de nuevo el mundo y tanto razas malignas y benignas progresaban y se enfrentaban, pero nunca había dominio de unas ni de otras, sino que estaban en perfecto equilibrio.

Pero hace más de un eón, como te habrá enseñado el maestro Vargard, se produjo el advenimiento de los dioses, y estos empezaron a andar en forma mortal con sus creaciones, algunos lo encontraron insoportable y otros se corrompieron. Los dioses corruptos, dejaron su objetividad a un lado y se convirtieron en lo que hoy llamados seres de ultratumba o caídos. Seres que están entre lo divino y lo terrenal, y que por lo tanto son inmortales para los mortales.

Pero lo dioses que no se corrompieron vieron de nuevo el desequilibrio de su creación y por ello introdujeron un nuevo elemento en su creación, los etéreos.

Seres que al igual que los caídos, están entre lo divino y lo mortal, pero con la salvedad que ellos sí son mortales.

Y aquí es donde entramos nosotros hijos, hace cinco milenios estos seres fueron considerados por las razas mortales, como seres igual de problemáticos que los caídos, ya que sus leyes solo se regían por los dioses, y toda su estructura estaba centrada en organizaciones dedicadas a cada campo de los dioses.

Por ello los etéreos se convirtieron por un lado en una poderosa arma contra los caídos y por otro en una amenaza para los mortales, debido a su poder.

Los etéreos podemos ser puros, es decir cuyos padres son dos etéreos, o mestizos. >>

Aquí Paul miro con los ojos desorbitados a su madre- Esper… Espera un momento has dicho ¿podemos ser?

La madre de Paul asintió lentamente.- Deja que termine y ya luego preguntas- Paul asintió.

<< Pues eso, somos puros o mestizos, cosa que no importa ya que el poder es el mismo en ambos casos. Pues ante esto los mortales dieron un ultimátum a los etéreos.

Ese ultimátum reflejo el ansia de poder y egoísmo de los mortales y aunque muchos actúan de buena voluntad, siempre están los que hacen lo contrario, y por ello los etéreos nos negamos en redondo, adoptado dos formas, las formas corrientes que son iguales que la de los mortales, y las formas guerreras.

Siento decirte que etéreos parecidos a los humanos solo quedan una docena en todo el mundo, y ellos no poseen las formas guerreras, el ultimo que hubo fue hace dos milenios.

Nuestra longevidad no es igual que la de los humanos, es decir vivimos cosa de medio milenio más o menos y en muchos casos podemos llegar a los setecientos años, por eso vivimos de aquí para allá. Por cierto Robert es otro etéreo, su padre y su madre también pero no debes decirle nada. >>

Los acontecimientos se agolpaban en la mente de Paul, ¿demasiada información quizá? No era la simple excitación de saber que era alguien diferente como siempre había pensado. La madre de Paul continúo con el relato.

<< Entonces este ultimátum hizo que los etéreos nos disgregásemos entre los humanos, elfos, enanos, y gnomos. Cada etéreo es afín con elemento primigenio, fuego, aire, agua, viento, y magia. Los corrientes solo pueden usar un elemento, mientras que la clase guerrera es la clase que podríamos considerar la elite ya que podía usar los cinco elementos, porque su elemento afín era la magia, con la cual imbuían todo tipo de espadas y armaduras para derrotar a los caídos y su prole, que eran malformaciones en su intento de crear sus propias creaciones porque querían emular a los dioses.

Los elfos, enanos  y  gnomos aceptaron abiertamente a los etéreos, los tienen en una posición elevada de sus respectivas organizaciones principales e instituciones, pero ellos no pueden intervenir en guerras internas, ni con otras razas benignas así lo estipularon en un contrato de sangre entre ambas razas. Sin embargo  los humanos fueron los únicos que los erradicaron, por el temor, por ello solo quedamos etéreos de la clase corriente o servidumbre como también se nos llama.

Y con esto ya hemos acabado jovencito, ya sabes lo que eres tú, lo que es Robert, su madre y su padre, solo te falta por saber que en esta parte del mundo nosotros cuatro somos los únicos etéreos con forma humana, y que de aquí a un par de años tendremos que cambiarnos de ciudad, así que por el bien de mí, de Robert y sus padre no debes decir nada a nadie, no revelar nada de lo que te he contado, ya que solo hay una organización que nos considera realmente lo que somos y son los magos, pero como todo no pueden ir en contra del imperio. >>

Paul estaba extasiado, apabullado, incrédulo y consternado,  su madre lo miraba con compresión y amor porque ella también pasó por lo mismo hace cien años cuando se lo contaron sus padres por lo tanto solo podía dejar que toda la información fuera procesada por su hijo poco a poco.

<<Bueno Paul es hora de ir a la cama, mañana tienes que levantarte temprano para ir a la escuela. >>

Paul obedeció y se fue a la cama. Mientras tanto su madre se dirigió al claro de los dioses, donde había seguido a los dos muchachos por la tarde.

Allí se encontró con el elfo que la noche anterior había estado luchando con las sombras que eran la prole de los caídos.

Se lo he dicho ya querido –El elfo asintió - Bueno no le he dicho que es un mestizo dentro de nuestra raza. – y una media sonrisa apareció en su semblante.

<<Hiciste bien, no es necesario que lo sepa aun, ya tienen bastante con ser un etéreo para que también le compliquemos la existencia con que es un etéreo algo especial. Lo que sí que importa es la decisión que debe tomar querida, y esa decisión debe estar a punto de dar lugar. >>

Y la decisión no es que estuviera a punto de dar lugar sino que en ese mismo momento en el que ambos hablaron lo sintieron en su interior. Y no solo ellos lo sintieron también los magos humanos, los dioses y los caídos.

<<Rápido querida tenemos que poner a salvo a Paul >>.

Mientras en la habitación, Paul dormía plácidamente y estaba inmerso en un sueño. El sueño fue un tanto anonadado, Paul estaba confuso parecía que estaba fuera de su cuerpo viendo como este brillaba como un fuego blanquecino, pero no se consumía, sino que el cuerpo absorbía dicha luz.

Paul no podía describir que sentía en aquel instante, solo sentía que en su interior hacía calor y frio al mismo tiempo, el aire soplaba y se detenía de repente, al igual que el suelo desaparecía a conveniencia.

En ese mismo momento la selección de Paul ya había sido echa, y por ende solo quedaba esperar a que Paul comunicara dicha selección. Pero ¿Cuál sería esa decisión?

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