Al igual que su padre Kan’thor se dirigió primero a la
obsidiana la cual relució con impresionante fulgor, y que muy pocos habían
hecho en todo lo que se llevaba de historia.
Esto provoco en el asambleísta un cierto atisbo de envidia
sana, ya que ese joven estaba a su mismo nivel en cuanto a lahjakkuus en estado puro se refería.
Tras haber
colocado las manos en la obsidiana Kan’thor se dirigió a al Jade. El
asambleísta ante tal hecho no pudo más que protestar.
Espera creo que
te confundes de piedra –sonrió nervioso- Como sabrás no puedes ir ahora al jade
si la obsidiana ha brillado, es ley de vida que dos opuestos sean
incompatibles.
Kan’thor en ese
mismo momento sonrío ingenuamente y poso la mano sobre el jade, haciendo que
este al igual que la obsidiana brillara con intensidad. Antes donde había una
sonrisa nerviosa apareció un rostro desorbitado, asombrado y escéptico.
Pasaron varios
minutos hasta que el asambleísta recobro la compostura. Tras eso este examino
todas las piedras una por una, y al ver que no había rotura, ni las habían
manipulado insto a Kan’thor a que se acercara para que realizara de nuevo la
prueba por si la primera vez hubiera habido algún fallo por pequeño que fuera.
Como la primera
vez las dos piedras brillaron con intensidad, y como exigía la norma el asambleísta
lo anoto como había hecho anteriormente con Vathos, y con otros muchos antes
que ellos.
Estupefacto
ante los acontecimientos que estaban ocurriendo, se dirigió a los Hyrr. –
Señores esto marca un nuevo hito en nuestra historia, pero he de insistir en
que aún queda una prueba por pasar a nuestro joven.-
Kan’thor y
Vathos asintieron al unísono – Kan’thor si eres tan amable colócate donde lo ha
hecho tu padre antes, y realiza el mismo ejercicio que este para ver el poder
de destrucción de tus dos lahjakkuus por favor.-
El joven de
melena roja y piel blanca como el mármol, primero invoco al lahjakkuus del
fuego y lo lanzo contra la pared de metal. Al igual que su padre el lahjakkuus
se fue expandiendo conforme avanzaba y se estrelló contra la pared produciendo
el mismo efecto, y al igual que con el padre el asambleísta felicito al joven
por estar a un nivel muy superior a la media.
Pero ahí no acaba
la cosa, tras disiparse el humo, Kan’thor invoco los dos lahjakkuus uno en cada
mano y tras eso los junto creado un nuevo lahjakkuus más potente y mortífero,
que al lanzarlo resquebrajo la pared de metal.
El asambleísta
se quedó de nuevo atónito, ya que pocos podían combinar sus lahjakkuus y estos
debían de ser afines, pero que dos lahjakkuus opuestos se combinaran y
provocaran la misma destrucción que dos afines era inaudito.
Esto es lo que
quería ocultar vuestro jefe, que los Hyrr somos talenses fuera de lo normal, y
por ello nos margino, desterró y maldijo. – Vathos que se había adelantado en
ese momento se colocó frente a frente con el asambleísta que le habían
designado para las pruebas- Solo queremos demostrar al mundo que no somos
quienes nos han hecho creer, que al igual que los demás talenses poseemos
lahjakkuus y podemos usarlos, y pertenecer a este mundo.
El asambleísta
en ese momento asintió ante tales palabras, no podía hacer mucho más, entre los
dos podían reducirlo a meras cenizas si se lo proponían, pero algo en ellos le
daba la seguridad que eso no pasaría y que sus palabras y actos eran sinceros y
honorables.
El incómodo
silencio que se estableció entre los tres fue roto por el asambleísta. – Bien,
mi trabajo ha concluido, ambos habéis pasado las pruebas y como tal podréis
aspirar a un sillón en nuestra asamblea. – Cogió un poco de aire y continuo- y
como también habéis demostrado estar al nivel de uno de los diez asambleístas
podéis retar a quien desees de los diez asambleístas jefe. Ahora si me
acompañáis nos esperan.
Los tres
salieron por la puerta que entraron, recorrieron los pasillos que habían
recorrido antes en la ida, y llegaron a la sala donde estaban los diez
asambleístas jefes esperando los resultados de las pruebas.
Los informes
fueron pasando de uno en uno hasta llegar al asambleísta jefe. –Esto es una
estupidez y una herejía- La rabia y frustración se mostraban ampliamente en la
cara del viejo- Seguro que han manipulado algo para que se produzcan estos
resultados porque es…..- Y en ese momento toda la asamblea se quedó asombrada
ante los hechos que estaban produciéndose.-
Kan’thor que
había invocado sus dos lahjakkuus en la asamblea era mirado con rabia, odio,
pero a la vez con asombro y perplejidad.
¿Ahora veis que
los informes revelan la verdad y sois vos el que no quiere verla? - Vathos del clan Hyrr miro a toda la sala de
uno en uno viendo como sus actos, y gestos le revelaban lo que estaban
pensando.
Ahora si me
permitís, esta solo es la prueba de que vos ha mentido a nuestros camaradas y
ha relevado a los Hyrr a los más recónditos y apartados parajes de Tal. Por
ello y como estipulan las leyes divinas, yo Vathos hijo de Val, jefe del clan
de los Hyrr y anterior guardia personal del emperador Kalen de Tal, desafío al
componente principal de la asamblea en duelo de lahjakkuus a muerte.-
Toda la sala
prorrumpió en un murmullo que fue subiendo de tono, desde hacía más de un siglo
nadie se había atrevido a un duelo a muerte con el componente principal de la
asamblea, ya que siempre habían acabado con el aspirante muerto y con una
guerra que habían provocado la desolación de las gentes de Tal.
Esa ley se
prohibió hace más de un siglo con el último duelo, cuando Tal fue reducida a
escombros por los Hyrr al ver perdido su aspirante. –Sentencio Sealan para
acallar los murmullos de la sala-.
¿Y desde cuando
un mortal puede prohibir las leyes divinas Sealan? – Pregunto un viejo canoso
que estaba sentado en la esquina izquierda que componía el estrado inminentemente
inferior al del componente principal de la asamblea.
Desde que el
mundo quedo reducido a cenizas y casi llegamos a la extinción asambleísta Judan
– Respondió furioso Sealan-
Todos los
presentes comprendían ambas posturas porque en cierto grado habían vivido aquel
trágico incidente de forma directa o indirecta.
Por eso no
tengáis problema asambleísta jefe, esta vez no pasara dicho suceso. –El
silencio se instaló en la sala durante unos segundos. Vathos muy susodicho a
estos dramáticos silencios lo rompió- Ahora mismo el clan de los Hyrr está
gobernado por mí, y ante los aquí presentes insto a mi sucesor Kan’thor a que
jure por los dioses que sea cual sea el resultado de este duelo no alzara a los
Hyrr contra la asamblea y si eso llegara a pasar mi esposa heredera del clan
Tyrr pasaría a unificar ambos clanes bajo su mando.
Toda la
asamblea quedo en absoluto silencio por las revelaciones de Vathos, el clan
Hyrr y el clan Tyrr habían sido unidos por un enlace matrimonial sin que la
asamblea diera el consentimiento haciendo que el nuevo clan, aunque separado,
fuera el clan más fuerte ahora mismo de todo Tal.
No solo
proponéis un duelo a muerte que es ilegal según las leyes mortales del Tal,
sino que habéis infringido la ley de nuevo al contraer nupcias con otro clan
sin la aprobación de la asamblea esto….- El asambleísta jefe se quedó parado
ante la llegada de Kela, esposa de Vathos.
Siento la
interrupción, pero creo que estos dos me han dado esquinazo antes de tiempo-
Una sonrisa picarona surgió en los labios de Kela mientras miraba a su esposo y
su hijo.
Solo quería
decir que aquí no se ha incumplido ninguna ley, ya que yo Kela del clan Tyrr
fui desterrada de mi casa hace una década por amar a un jefe de clan enemigo de
los Tyrr, y mi sentencia aún no ha terminado.
Dio otro minuto
de silencio y continuo – Solo sere readmitida en mi clan cuando mi esposo aquí
presente perezca.
Todos los del
clan Tyrr asintieron a aquella afirmación.
Mentiras, ambos
clanes os habéis confabulado para haceros con el poder. –La exasperación y
frustración de Sealan estaba ya en el último peldaño de la explotación.
-No es mentira –
el asambleísta que estaba por debajo del Sealan empezó a hablar- Lo que ha dicho
mi hija es cierto, yo la desterré de mi clan hasta que su marido muriera,
mientras el siga vivo ella no pertenece a mi clan, y como tal es una exiliada
sin poder ni potestad para la asamblea-.
El ambiente en
ese momento tenso y delicado se relajó un poco.
Los minutos
pasaban y la sala permanecía en silencio, Kelan, Vathos y Kan’thor esperaban a
que la asamblea se pronunciara.
-Bien procedamos
a la votación de la petición legítima de un jefe de clan legítimo. Para llevar
a cabo dicha petición la votación tanto afirmativa como negativa debe de ganar
por dos votos o más como siempre ha sido-.
Todos
escuchaban impacientes las instrucciones del secretario de la asamblea.
-Como siempre el
voto positivo será la invocación del de lahjakkuus predominante y el negativo
el del lahjakkuus secundario. Así que procedan con la votación en orden por
favor-.
La sala quedo
en silencio mientras los asambleístas empezaban a votar, mientras los retadores
permanecían tranquilos y expectativos a lo que pudiera acontecer en dicha
votación pero los tres estaban preparados para lo que fuera para eso eran los
hijos de Hyrr y de Tyrr los dos clanes más poderosos de guerreros de lahjakkuus que
habían existido en todo el Tal.