miércoles, 12 de junio de 2013

La guerra invisible IV




Habían pasado ya cuatro meses desde que el imperio de Volkoban y de Iperberia se había unido en un solo imperio. Ahora los emperadores Jonh Charles y Elizabeth gobernaban ambos imperios con una disciplencia y sabidurías nunca vistas hasta entonces.

El nuevo imperio contaba con el oráculo de Volkoban, el mago de Iperberia que habían dejado la guerra contra los invasores equilibrada.

Pero aun así los acontecimientos habían sido muy caprichosos, el nuevo enlace había contado con múltiples detractores en ambos bandos e incluso entre los gariteanos, que ante el nuevo orden mundial se habían dividido provocando una guerra civil en Garitea.

Cosa que los intrusos aprovecharon y se hicieron con el mando del imperio gariteano. Ahora todos los refugiados se dirigían al nuevo imperio Volkoban-Iperberia, ya que Palantakas solo acepto unos cuantos por sus escasas dimensiones.

Los refugiados fueron acogidos con solemnidad y agrado, ya que su tierra y familiares habían dejado de existir por el ataque indiscriminado de una raza invasora que procedía de más allá de sus fronteras.

Se les instalo en zonas con todas las comodidades posibles, como si se trataran de ciudadanos legítimos, además de proporcionarles todos los servicios necesarios. Pero como todo solo era una mera pose del emperador Jonh Charles, sabía que tenía que ser benevolente con los refugiados ya que muchos de ellos apoyaban la alianza que este propuso al mes de haber contraído matrimonio, y fue el orgullo gariteano del emperador el que denegó tal alianza.

Por ello sabía que si ahora a esos que no apoyaban toda su consideración y amabilidad, por un lado se ganaría aún más a los que apoyaban dicha alianza y a los que no la apoyaban mostrándoles que aunque no la apoyasen serían recibidos y tratado de igual forma que sus súbditos.

Pero aun así siempre había algunos que no se tragaban los tratos amables y palabras bonitas, y decidieron ser lo más justos posibles. Liderados por el bardo de Garitea se establecieron en el nuevo imperio como una organización que no desairaba los gestos de sus anfitriones pero que a la vez ayudaba a sus compatriotas a afrontar la nueva vida que se les estaba brindando.

Esto por una parte molesto mucho al Emperador, ya que lo veía como una organización revolucionaria y subversiva que en cualquier momento podrían provocar revueltas. Pero los meses pasaban,  sus temores que en vez de disminuir aumentaban sin tener razón,  y la nueva organización seguía con sus planes de ayuda tanto a sus compatriotas como a la guerra contra los invasores que ya llevaba en liza seis meses.

Macmartin, nos está muy preocupado por los refugiados, cada vez nos tiene más claro que están tramando algo.

Mcmartin que sabía de los temores de su hermano el emperador y que desde que se revocó su sentencia de irse a la luna de Suegas estaba en todos los asuntos de estado, desde ayudar al comandante Peterson con la guerra, como planear con el mago estrategias para recuperar terrenos para el nuevo imperios, como de solventar acciones sociales de los refugiados y contactos diplomáticos con Palantakas. Este era el castigo que le impuso su hermano por haberle hecho casarse con alguien para salvarle el culo.

Su Majestad no debe preocuparse por los Gadeos– Así es como se bautizó la nueva organización que creo el bardo de Garitea- Los tengo controlados, he introducido a nuestros hombres entre sus dirigentes. Es más he de deciros que el Bardo de Garitea, está convirtiendo esa organización en una especie de iglesia religiosa que empiezan a adorar a nuestros dioses antiguos, que por casualidad encontraron en unos escritos recuperados de la biblioteca imperial de Garitea.

El emperador miro a su hermano bastardo con una chispa de ingenuidad, ironía, y malicia en sus ojos. –Mcmartin, cada vez que nos visitáis nos alegráis el corazón- Mcmartin hizo una profunda reverencia a su hermano.

Majestad, si me permitís exponeros un asunto creo que vuestro corazón saltaría de gozo y no tendría que producirse ningún sufrimiento en él. – El emperador miro a su hermano y le insto a que expusiera dicho asunto-.

>>Mis espías dentro de los Gadeos me han informado de que hay un sector que no concuerda con los principios del bardo, el cual dirige la organización como, ya os he dicho, una iglesia a los antiguos dioses, están intentando usurpar su lugar ya que el bardo se muestra en muchos aspectos conforme con la situación que están viviendo en el imperios los refugiados garitaenos, y están pensado en que los Gadeos se registre oficialmente como una organización religiosa del imperio. <<
Macmartin hizo una pausa para que todos los datos fueran procesados por su hermano. Tras ver que el emperador seguía su lógica, y puede que comprendiera a donde quería llegar le insto a continuar.

>>Bien el asunto es exponerle estos hechos al bardo de garitea y darle nuestro apoyo y facilitarle los trámites para que su objetivo sea realizado. Pero claro esto no sería a cambio de nada, su majestad le propondría ser uno de los consejeros suyos para los asuntos religiosos, como lo es el obispo de la iglesia Aeos.

Así por un lado vuestro corazón y mente se relajarían con respecto a los refugiados y por otro lado el imperio Volkoban- Iperberia contaría con el mago de Iperberia, el bardo de Garitea y el oráculo de Volkoban, dándoos el poder suficiente para erigiros como el paladín del mundo, que será capaz de exterminar con los invasores extraterrestres.<<

La exposición de Mcmartin como era costumbre dejo asombrado a su hermano, que cada día que pasaba se preguntaba como un bastardo podía tener esa mente prodigiosa y no atentar contra el para subir al trono.

Randy, ven a mi despacho. -tras llamar a Randy dejo de pulsar el botón del  intercomunicador -

Unos minutos después Randy, el chambelán del emperador se presentó en el despacho. – ¿Dónde está mi esposa? Ayudando a los necesitados y a los refugiados majestad.

Bien hacerla llamar nos quiere hablar con ella. –Randy hizo una reverencia y se dirigió a buscar a la Emperatriz Elizabeth.

Mcmartin, hoy dormirás en palacio, nos tiene que hablar contigo después de haber hablado con nuestra esposa. – Mcmartin accedió con una reverencia-.

Pasadas unas horas la conversación entre el emperador Charles y la emperatriz Elizabeth acabo satisfactoriamente, ya que aunque su matrimonio había sido de conveniencia, ambos pronto sintieron la atracción hacia el otro y la chispa del amor había surgido en ellos.

Randy haz venir a Mcmartin, que nos tiene que comunicarle los planes que nos tiene para él. –Randy obedientemente fue hasta el cuarto que se le había asignado a Mcmartin y lo llevo hasta el del emperador.

Nos ha hablado con la emperatriz y nos estamos de acuerdo con tu plan. Mañana por la Mañana nos quiere que vayas a buscar al bardo de Garitea para comenzar con el plan de expulsión.

Mcmartin asintió y tras unos minutos de charla insustancial e invitaciones para la cena ambos se dirigieron junto con Randy al comedor donde la emperatriz ya estaba esperando para cenar.

La cena fue muy agradable para Mcmartin, Elizabeth y Charles, ya que era una autentica cena familiar y hacia por lo menos más de una década que Mcmartin y el emperador no habían comido juntos.

Tras esa noche de agradable tranquilidad, los sucesos que se producirían después darían lugar a la mayor historia que se escribiría durante los años venideros.

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