lunes, 19 de mayo de 2014

La era oscura III



Tras una semana desde que se decido que hacer y cómo hacerlo no se tenían expectativas de que esto se pusiera en marcha, pues el que debía dirigir al grupo que se adentraría en la ciudad ocupada por los nocturnos aún no había dado señales de vida y el consejo empezaba a impacientarse.

-Capitán, ¿aún no hay contacto? – El capitán de la guardia como había hecho las otras tantas veces que le habían preguntada dio la misma respuesta. – No señor, y es extraño siempre da señales  a los tres días de la llama, solo queda esperar el tiempo de rigor, que son dos semanas y si aun así no aparece podemos darlo por muerto.

El consejero asintió, -esperaremos una semana más, sino elegiremos a otro para que ocupe su lugar y pongamos en marcha la misión, no podemos demorarnos mucho más, los ataques de nocturnos esta menguando pero son cada vez más fuertes, creo que se están reagrupando para atacar con todo lo que tienen-.

Al décimo tercer día, por fin tuvieron noticias del joven mestizo, pues había estado más lejos de lo que esperaban en Ligthstrider. –Señores hemos contactado, Raven está de camino hacia Ligthstrider tardará tres días, y dice que tiene noticias – Los del consejo asintieron y dieron las gracias al capitán por su prontitud en el informe de las nuevas novedades.

Todo Ligthstrider está impaciente por ver de nuevo a Raven o por conocerlo, pues en cinco años habían llegado muchos de fuera, y si eran ciertos los rumores que circulaban sobre él, se podía decir que era un ser más nocturno que diurno.

Pero muchos se quedaron con las ganas, pues Raven no se dejaba ver e intentaba tener el menor contacto con los habitantes de Ligthstrider pues sabía que no estaría mucho por allí, y contra menos distracciones tuviera más rápido podría largarse de allí y seguir recorriendo los bosques y parajes que ahora eran domino de los nocturnos.

-Veo que el viejo Sandellyn ha dejado su asiento vacío- Fue la primera frase que dijo Raven al presentarse ante el consejo - Si, fue sustituido el año siguiente a tu partida, su salud estaba empeorando, y decidimos que tomara su asiento alguien más joven mientras él se recuperaba, pues como sabrás los elfos sufrieron mucho con la ocultación del sol.-

-Bueno dejémonos de sentimentalismos, estamos aquí para algo importante y creo que tienes cierta información que nos vendría bien – el tono del elfo era neutro pero por su expresión destilaba desprecio y rencor contra Raven.

Raven miro con un brillo burlón en los ojos al elfo pues estaba acostumbrado a ser el centro de toda ira cuando había elfos en donde se encontraba, por ello sabia como enfadar con su actitud al elfo y con ello divertirse. – Bueno la información que traigo es más bien un objeto que traigo, hace dos años más o menos, me hice pasar por un mestizo de elfo oscuro, pues mi piel como podéis ver es más tostada de lo normal y me adentre en una ciudad nocturna.

>>Una vez dentro conocí a varios de aquellos seres que la habitaban, se nota que había sido reconstruida porque todavía quedaban signos y símbolos que denotaban que aquella ciudad era de los elfos del bosque. Como para aquellos seres un elfo oscuro es un ser respetable y temido a la vezpor lo que me dejaron tranquilo en cuanto se corrió la voz de que había por allí uno de ellos, por lo que pude recorrer la ciudad sin molestias.

Al entrar en un edificio que tenía la pinta de ser un templo lo encontré intacto, pues parecía que el dios blanco aún mantenía su influencia en el, y los nocturnos no eran capaces de atravesar el umbral por lo que lo dejaron como lo encontraron. Dentro del templo, tras echar una ojeada, vi un objeto un tanto peculiar, así que lo cogí y me lo lleve de la ciudad y lo escondí en otro lado.

Este objeto en concreto se notaba que era mágico, pues como por mis venas corre sangre elfa sentí aquella afinidad que sienten los elfos con mucha intensidad por lo que supuse que era un objeto de gran valor.

Los tres años siguientes solo he estado buscando información por aquellos lugares donde iba, y de los diurnos que ayudaba a llegar aquí>>.

Raven fue detenido repentinamente en su relato – ¿Dónde guardas ese objeto que dices? – En una cueva a 100 kilómetros de aquí, y para su seguridad está consagrada, pues en mis continuos contactos con diurnos conocí a un sacerdote que me explico que aquel objeto era una reliquia de Ataraum III y que en él había un poder inimaginable, así que le pedí que consagrara la cueva para que solo pudieran acceder a ella seguidores de dioses benignos-.

El enano en cuyos ojos se podía ver la codicia fue más allá que el humano ¿Cómo es el objeto? – Raven algo extrañado por la pregunta, aunque no era cuestión de estar indagando describió el objeto muy detalladamente- Es una especie de pilar en miniatura, su base es dorada y por sus cuatro lados hay escrito en plata y en un idioma sagrado algo que no he sido capaz de descifrar-.

Los cuatro consejeros se lanzaron de sus asientos para cercar a Raven con sus ojos y semblantes ansiosos y esperanzados. – Sabia que llegaría el día en que no podría darte las gracias como se merece, pues Raven acabas de solventar el problema que te íbamos a encargar que solucionases-.

Raven ignorante y extrañado por todo lo que había pasado ese último minuto espero a que se explicasen los consejeros. Una vez después de la larga explicación Raven tomo sus bártulos y seguido por dos de sus amigos de confianza fue a buscar aquel artilugio que había dejado tres años atrás en aquella cueva.

El único peligro que se podría cernir sobre ellos, era la inminente avalancha de nocturnos que se disponían a atacar Ligthstrider pero no durarían mucho pues Raven junto con sus dos camaradas, recorrieron los doscientos kilómetros, cien de ida y cien de vuelta, en menos de una semana, y fue entonces cuando los sacerdotes y magos empezaron los preparativos para hacer funcionar el artefacto.

Pero no lo harían a tiempo, o por lo menos no tan a tiempo para no sufrir el ataque pero dio lo mismo, en ese ataque todo Ligthstrider defendió con uñas y dientes lo suyo, y muchos cayeron pero fueron más los que se salvarían y vivirían de nuevo libres por cualquier territorio, pues la luz del solo después de un siglo de ausencia volvía a brillar al tercer día de contienda y los nocturnos ante el dolor que les insuflaba corrieron raudos hacia sus antiguos escondites y de nuevo el equilibrio había sido restablecido y todo gracias a un ser por el que corría en equilibrio la sangre de dos razas diferentes.

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