domingo, 11 de mayo de 2014

El Guardian III



El asunto había tomado un cariz peligroso sobre todo para mí, ya que si yo había dado con el lugar los que contactaron con esta raza también lo harían, así que inste a Coyote bailando y a Lobo gris que me ayudaran a trasladar a Grum fuera de la reserva para llevarlo con Phil y sus dos secuaces.

Lo primero que hicimos fue “camuflar” a Grum y a continuación volvimos a la frontera de la reserva. Fue lo suficientemente rápido, pues tras llegar a la frontera Wen rápidamente nos llevó a una garita para comentarnos las últimas novedades.

-Tío tienes una flor en el culo más grande de la que jamás he visto. Hace escasamente una hora me ha llegado un rumor sobre un escuadrón de guardianes que han entrado en la reserva por la entrada oeste.- Parece ser que los ghosion se habían puesto en marcha antes de lo que se previa – No es suerte Perro, sino más bien conocimiento y experiencia, y sé que la rapidez y la experiencia en este tipo de casos salvan a muchos.

Tras una rápida despedida, seguí mis instintos y me presente en uno de mis muchos pisos francos adquiridos gracias a mi sueldo de Guardián y que solo yo conocía. El más cercano a la reserva y por consiguiente en el que más sospechas daría lo descarte, por lo que una vez montando en mi coche salí dirección noreste al barrio residencial.

Allí no se extrañarían de mi visita y menos de que fuera acompañando ya que muchos de los vecinos sabían quién era y para que usaba esa casa. Es más en el barrio era apodado “el muchas”, pues siempre que iba allí era acompañado de mujeres, debido a que mi trabajo requería que usara ese tipo de casa sobre todo para las entrevistas con mujeres de alta alcurnia que solicitaban trabajos de seguimiento o de obtención de fármacos que de otra forma no podrían adquirir.

El krots tras explicarle los hechos de camino quedo algo consternado, porque ellos los krots habían pensado entrar en los guardianes y por ello habían hecho ese viaje, pero por temor a contraria a sus protectores los ghosions habían estado aguantando, y ante las constantes oposiciones con sutiles escusas se habían cansado y por ello habían decidido ir a la tierra para hacerlo oficial y que fueran los propios guardianes y no los guardianes ghosions los que les dijeran los prejuicios que los ghosions les habían comentado.

-Pero me estas contando que los krots hemos sido engañados por los ghosions, y eso es muy improbable, vale que hayan sido muy cautos para nuestro gusto, pero ¿Qué motivos van a tener para que nos unamos a ellos en vez de a los guardianes?-

Ahí estaba el quid de la cuestión, los ghosions habían sido adheridos a los guardianes después de muchos años de constantes conflictos entre los guardianes y ellos, y solo tras casi llegar a la extinción habían accedido a unirse y forma parte. Pero siempre había sectores que aún se oponían y que preferían la extinción a ser miembros de una organización que para ellos eran como máximo animales.

-Pues no sé qué decirte amigo, solo que puede que seáis, entre comillas, el punto de inicio de una catástrofe, que espero que los Guardianes sepan llevar bien y no se les vaya de las manos. Pero no te preocupes, estas en buenas manos, y a donde vamos te presentare a altos cargos de los Guardianes-.

Por fin llegamos a mi casa franca, donde Phil, los negros y la alférez de ojos de hielo, ya estaban allí, así que no me quedaba más remedio que después de aquello tocaría vender la casa, pues su localización ya había sido puesta al descubierto, y por mucho que tal, no me serviría de nada.

Tras entrar en la casa precedido del krots, me siguieron Phil, la alférez y el negro que se había reunido conmigo dos días antes en mi despacho. – Buen despliegue el vuestro, ahora me tocara vender la casa, pues su anonimato ya es público – intente romper un poco el hielo para que el ambiente no fuera tan tenso para nuestro amigo Grum, pero parece que no resulto como yo esperaba.

Así que los hice pasar al salón donde nos sentamos a una mesa de comer amplia, el krots y yo en un extremo los tres oficiales de los guardianes en el otro. – Veo que siguen en plena forma capitán, y has hecho un trabajo esplendido pero que puede provocar un problema mayor. – Mire inquisitivamente al sargento de los negros y no a Phil que era el que más rango tenía en la sala en aquel momento, pero aun así yo seguí con el juego al sargento.

-Para eso me pagan sargento, para que haga los trabajos rápidos y de forma concienzuda.- por debajo de la mesa había muchos más juegos que por encima, pues yo advertí a Grum que estuviera listo para agacharse y resguardarse en cuanto se lo dijera. – Pero cuando eras Guardián no eras tan diligente con las órdenes.-

Yo seguía con el juego del sargento, mientras miraba alternativamente a la alférez y al coronel, la primera con sus ojos y semblante de hielo no transmitía nada, por lo que no sabía si estaba del lado del sargento o no, y el coronel Phil, era un mar de furia pero que era contenido por un dique que presuponía que era algún tipo de arma.

-Sargento, dejémonos de juegos y tiras y aflojas, quieres a mi amigo para llevártelo con tus camaradas ghosions, y para ello te llevaras por delante a los que estamos aquí presentes, pero como sabes yo cobro por trabajos, y si me pagas la otra parte, el trabajo estará concluido y entregare el informe al que paga, pues el que paga es el que alquila mis servicios, así que ¿porque no te lo llevas y dejas el dinero? – el sargento de infantería empezó a sopesar la idea de realizar un intercambio sin muerte, sabía que estaba condenado, pero que si le llevaba a Grum a los goshions estaría a salvo, pero no sabía que yo era más listo que él, y tras ver sus dudas en los ojos, di la señal a Grum y este con la agilidad de un felino se escondió, y yo saque mi pistola de debajo de la mesa realizando dos certeros disparos, pues era otro de los muchos regalos que me hizo la instrucción, uno en el pecho y otro entre ceja y ceja.

En ese mismo instante entraron los centinelas, que por suerte para todos los de la mesa eran subordinados de la alférez la cual por primera vez en las dos reuniones había dado muestras de ser humano, pues un rictus de asco y horror estaba presente en su cara.

Ayude a levantar a Phil el cual había caído de la silla por el impulso del sargento, y después fui a comprobar el estado de Grum, el cual estaba bien. Y aun con la pistola en la mano tuve el suficiente cinismo para preguntar - ¿bueno alguno más es aliado o simpatiza con la causa ghosion?-

Phil y la alférez llamada Katrina, se relajaron, y eso me dio la prueba de que la alférez estaba del lado de Phil.

-Bueno Grum cuéntales todo lo que nos contaste a mí, a Coyote bailando y a Lobo gris- Grum relato todo desde el principio, de forma muy metódica y clara para que no hubiera ningún tipo de conjetura ni duda para sus oyentes. –Bueno Phil, aquí tenéis la prueba de que por lo menos hay una parte de los ghosions que aún nos… os tienen manía, así que por mí el trabajo como dije antes está acabado cuando me paguéis.-

Phil y Katrina asintieron a mi comentario, y como no, me pagaron, pero no quedo así la cosa, pues como miembros de los Guardianes y además con gran influencia en todos los gobiernos de los planetas que formaban estos, tenían la potestad de alistar por ley a civiles y antiguos guardianes que ellos consideraran aptos para ellos, y por ende tras pagarme el sueldo que habíamos acordado por el trabajo, también me pagaron con una carta de alistamiento.

Y eso me hizo volver a mi antiguo rango de capitán, pero con la diferencia de que no volvería a mi antiguo puesto con la infantería, sino que estaría en un nuevo escuadrón secreto y que Katrina estaría a mis órdenes junto con tres individuos más, mientras que  yo rendiría cuentas a Phil, que sería el oficial al cargo de la unidad.

Pero no quería que ellos se salieran con la suya y como jefe directo de la nueva unidad tenía la misma potestad que Phil para reclutar a civiles o antiguos Guardianes, así que Grum desde aquel momento pasó a formar parte de mi escuadrón.

Pero no todo era tan simple, pues mis nuevas obligaciones me darían muchos más quebraderos de cabeza de lo que esperaba pero al fin de cuentas ya lo dije, yo era un guardián de facto, pero sin pertenecer a ellos, ahora vuelvo a ser un guardián y ello puede que dure o no dure, pero por lo menos haré lo que siempre he hecho.

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