viernes, 4 de marzo de 2016

El resurgir. Capítulo III



Aún faltaban varios días para la asamblea y Holos estaba deseando que llegara ya y así despejar todo aquel entuerto en el que se había metido. Su hermana Treas hacía ya varios días que había regresado y esta vez no venía sola, sino que se trajo a su superiora con ella para que asistiera a la asamblea.

Ambas mujeres no paraban de hacerle pruebas y más pruebas y solo lo dejaban en paz cuando Rasa los interrumpía por mandato de su padre cuando requería la presencia de Holos para saludar a los aliados que poco a poco iban llegando.

-Pero madre no ves que esto es más importante que ir a ver a esos viejos decrépitos que solo le besan el trasero a padre.- Rasa arqueo ambas cejas en señal de estupefacción, pues solo había oído hablar a su primogénita de esa manera una vez, y fue cuando se le ordeno como sacerdotisa.

-Hija tu padre es el rey y como tal tu eres su súbdita, después, él es tu padre y como tal tu eres su hija, por lo tanto en este sentido el siempre tendrá las de ganar, él ordena y nosotros debemos obedecer. Es mas ¿qué prefieres que tus investigaciones y las de la madre superiora continúen o que tu padre haga oídos a las quejas de tu hermano? – Hija, tu madre tiene razón, hay momentos y momentos, y este es un momento de descanso, reflexión y de poner en orden y documentar debidamente nuestros descubrimientos. Cuando tu hermano vuelva continuaremos con lo que estábamos haciendo y mientras está ausente  podremos centrarnos en los siguientes pasos y estudiar nuestros descubrimientos para saber que pasas hemos dado y cuales debemos dar en un futuro. Porque si no voy a empezar a pensar que debes volver a aprender las lecciones que deberían haber sido ya aprendidas-.

Al tener que enfrentarse a ambas mujeres que la superaban en años, experiencia y sabiduría, Treas supo recular y hacer caso de las palabras de ambas. – Por cierto, mañana llega tu hermana con un compañero de la universidad que dice que tiene varios escritos sobre los eternos, aunque no han salido de la biblioteca de esta y solo hay una copia. Como me dijo tu hermana que se llamaba… - Ras se puso el dedo en los labios y alzo los ojos hacia el techo intentando recordar el nombre sin conseguirlo, pero de repente le vino a la mente- Ahh si, Fiord du Laxinon.

Ambas sacerdotisas se quedaron mirando con ojos desorbitados a Rasa la cual se acongojo un poco.  La visión en ese momento de Rasa era muy parecida a la que tiene alguien que está en medio de dos leonas y su cena. – ¿Que pasa? Me estáis asustando-. – ¿Madre estas segura que ese es el nombre que te dijo Reeas?- Rasa asintió con decisión.

-Maldita seas Reeas, que calladito te lo tenías- La madre superiora en ese momento le dio un pescozón a Treas por su indisciplina. – No se preocupe majestad, estamos bien, solo que el maestro du Laxinon es uno de los mejores especialistas en historia, geografía, mitología, filosofía, y anatomía de nuestro tiempo  y en nuestra orden tenemos todas sus obras impresas pues es una fuente inagotable de conocimiento que nos hace preguntarnos qué es esto o aquello y como seguir mejorando esto o aquello-.

Rasa asintio a la explicación de la madre superiora. – Entonces por lo que dice Madre,  ¿podría ofrecernos un rayo de luz en nuestra oscura andanada no?- La madre superiora asintió. – Bien pues cuando Reeas traiga a su amigo hablaremos del asunto  mientras tanto Treas asiste a la madre superiora y complácela en todo lo que diga, es nuestra invitada como todos los lores y ladys que están llegando para la asamblea-.

A media tarde el castillo estaba lleno de todos los allegados a la familia, ya fueran familiares lejanos, amigos y aliados. Solo falta Reeas por llegar, pero eso no era motivo por el cual  la asamblea tuviera que esperar y aunque su invitado era de un gran valor, ya que podría dar un nuevo enfoque sobre los inmortales, también Cthos y Rasa sabían que desairar a algunos de los nobles allí presentes con la espera podría ser más peligroso aun. Por ello Cthos esa misma noche en la cena de bienvenida anuncio que la asamblea tendría lugar dentro de dos días y así los viajeros que más se habían demorado en llegar tendrían un par de días más y los que estaban ya allí podrían  descansar del viaje. Aunque ya que estaban allí, en esos dos días de margen que faltaba para la reunión se fueron celebrando pequeños consejos para ponerse al día con los asuntos cotidianos, haciendo los pertinentes descansos para  cenas y comidas en honor a los invitados.

Holos estuvo muy ocupado con los invitados, su deber estaba en atender a uno o a otro según le fueran solicitando sus servicios. Su padre así se lo había dicho desde el comienzo, pues en el futuro cuando él no estuviera sería Holos gobernaría aquella tierra y debía saber quién era cada uno. Mientras tanto el día de la asamblea llego. Como siempre se celebró en el gran salón del trono donde se colocaron mesas y sillas formando una U para que todos los asistentes tuvieran a la vista a cada uno de los participantes.

El rey Cthos dio el pistoletazo de salida para que comenzara la asamblea. – Buenos días mis queridos invitados. Otra vez estamos aquí reunidos todos y he de alegrarme pues no todos los días uno viejo como yo tiene la oportunidad de ver y hablar con sus amigos. Es más me alegra que esta vez no falte ninguno aquí, los temas a tratar son varios y de importancia capital.-

-El placer es nuestro viejo amigo, pues como bien dices, es bueno reunirse de vez en cuando para chismorrear y ver cómo les va a tus amigos, además es importante saber qué es lo que se cuece por otras regiones-. Todos en la sala asintieron con una cabezada de aprobación a las palabras del rey Cthos y el marques Makiand.

-Bueno dejemos un momento  de lado los chismorreos y atendamos primero a lo que me ha hecho convocaros aquí. Como sabéis mi hijo Holos hace unos años marcho y recorrió mundo. Hace pocos días regreso de su viaje con noticias sobre el imperio Taraseo. Pero para que todos estemos al corriente dejemos que mi hijo exponga las noticias que nos trae-.

Holos explico a los presentes los hechos acaecidos durante su estancia con los taraseos y más concretamente con los eternos y como había cambiado realizando una prueba y así darles veracidad. Tras toda la explicación de los acontecimientos la sala se quedó en silencio.

El silencio fue roto por la llegada de Fiord du Laxinon, que aunque habían dado dos días más de margen había llegado tarde. – Siento la interrupción caballeros pero no me ha sido posible llegar antes.- El rey Cthos lo invito a que ocupara el asiento que le habían reservado.

-Señor Laxinon le haré un resumen de lo que ha explicado mi hijo para que no se quede rezagado.- Pero Fiord rechazo amablemente el ofrecimiento del rey. – No es necesario majestad  ya estoy al corriente, pues una de las infantas me envío todo lo relacionado con lo que le ha sucedido a su hijo más lo acontecimientos acaecidos en el imperio.- El rey asintió.

-Entonces sigamos con la asamblea.- Los nobles y el rey permanecieron un momento en silencio hasta que el duque Drend tomo la palabra. – Señores sabemos lo que sabemos, siento ser tan rudo majestad, pero su tío abuelo lo hizo mucho peor de lo que lo está haciendo el emperador de Taraseo o por lo menos en mis continuos viajes a los territorios donde gobierna, la gente no muestra señales de descontento, también es verdad que no da muestras de lo contrario. Mi opinión es que dejemos que el asunto siga su curso y observemos cómo evoluciona, además como bien ha dicho vuestro hijo, a él solo lo puede herir otro de los suyos, por lo que por el momento tenemos a favor nuestro un eterno que puede sacarnos de los atolladeros si al imperio le da por enviar tropas para conquistarnos.- En ese preciso momento intervino Holos- tenéis razón duque, pero también está el asunto que ningún eterno ha dejado a sus compañeros antes debido a lo que os he explicado en cuanto a que al ser sometidos a las pruebas de los dioses pierden toda noción de sí mismos  y en su mente y voluntad solo acatan la obediencia. No sé qué paso conmigo, pues yo también tuve ese objetivo durante un periodo corto, pero algo me hizo abrir la cortina que separa ambas realidades, por llamarlo de algún modo.-

Fiord se puso de pie en ese mismo instante.- Príncipe Holos, acaba de llegar al punto de la cuestión, y creo que es menester que estudiemos ese hecho con detenimiento. El asunto es ¿porque a ti se te permitió abrir esa cortina como la llamas y a los demás no? En mi opinión tenemos que estudiar la disyuntiva que nos plantea esa salida de la regla, pues creo que los dioses no son tan majaderos y alocados para permitir que alguien que está bajo su dominio se escape con los dones que ellos le han otorgado. En resumen, me gustaría estudiar qué es lo que os hace a vos tan diferente de los demás eternos. Y creo que si damos con esa respuesta daremos con la solución a lo que se plantea hoy aquí. Si conseguimos resolver el acertijo que se nos plantea  podremos reproducirlo en los demás eternos, y al producirse eso, los demás no tendrán que obedecer y por lo tanto el imperio perderá a su as en la manga.

Holos miro a Fiord un instante y después se sentó. Sin embargo las preguntas, afirmaciones y hechos que había expuesto Fiord dejaron al joven algo ido en sus pensamientos. – Bueno, entonces lo único que debemos de hacer por el momento es esperar y ver como evoluciona el estudio del que ha hablado el erudito aquí presente. Por lo que si no hay más asuntos que atender deberíamos terminar con la asamblea y posponerla hasta que Fiord du Laxinon realice su estudio, ¿no está de acuerdo majestad?-

El rey Cthos asintió con la cabeza, pero antes de que todos determinaran por el gesto de que se podían marchar, el rey les confirmo lo contrario.  –Señor Laxinon, tiene un ciclo lunar para averiguar todo lo que quiera, pasado ese tiempo nos volveremos a reunir y como muchos de vosotros tardareis el doble en venir de nuevo, todos quedareis invitados a permanecer aquí como mis invitados y así poder ponerme al día con los asuntos que os competen.- Los nobles presentes asintieron con desgana, pues permanecer un poco menos de un mes tratando asuntos de estado con el rey no se les antojaba agradable, pues todas las veces que eso sucedían acababan hastiados de decretos, impuestos, recaudaciones e informaciones sobre las fronteras o el estado de los ciudadanos.

Pero había una persona que si estaba realmente entusiasmada. Fiord por fin podría poner sus manos en un eterno. Ese deseo por fin se cumplía y podría por fin estudiar su pasión.

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