jueves, 31 de octubre de 2013

La danza IV. El sabio.



Mientras Paul entrenaba los años pasaban y la contienda entre elementales, dunkel, y mortales se iba acrecentando, los tres bandos tenían perdidas y ninguno de los tres se sobreponía a los otros. Las muertes superaban el millón de individuos en cada bando, y parecía que solo importaba a los elementales, los cuales aunque habían aumentado su población considerablemente con respecto a los primeros años de contienda veían como el mundo se desangraba poco a poco.

Por ello los elementales, cuya nación había prosperado, empezaron a formar alianzas con enanos, humanos, elfos y gnomos, creando una coalición, mientras que los dunkel como al principio habían asumido el liderazgo de orcos, trolls, goblins y gigantes más tribus se unían al contingente dunkel.

Tras formas la coalición las batallas se fueron haciendo menos sangrientas gracias a la organización y precisión de los ataques por parte de la coalición, los cuales perdieron menos personas conforme esta se hacia mas fuerte.

Aunque este era uno de los objetivos, no era el principal, así que ante las continuas insistencias de los mortales los elementales se desplegaron a los llanos azules, donde el ejército dunkel se había establecido para dar comienzo con la batalla que establecería el devenir del mundo.

El ejercito de la coalición nada mas llegar fue atacado y ataco a los dunkel, ya que estos se habían establecido allí un par de días antes. La carga fue devastadora y la mitad de la caballería dunkel acabo con los arqueros, y con un cuarto de la infantería ligera de la coalición.

Los comandantes de la coalición, ordenaron la reagrupación, mientras los elementales lanzaban sus hechizos para repeler el ataque y mantenían a la defensiva a sus enemigos. Aunque poco efectivos en dicha labor, los magos consiguieron que los soldados se reagruparan y atacaran de nuevo, pero el cansancio y la superioridad de los dunkel hicieron que la coalición perdiera efectivos de forma constante.

La coalición aguantaba a duras penas, pero la derrota estaba garantizada yel bando dunkel lo sabia así que aumentaron la presión y la carga contra sus enemigos. Pero cuando estuvieron a punto de machacar al ejército de la coalición en la última carga una columna de luz descendió desde el cielo y se interpuso a ambos bandos en mitad del campo de batalla.

Conforme pasaban los minutos y la columna de luz empezaba a desaparecer todos los reunidos allí contemplaron en lo alto una figura. Esta empezó a descender poco a poco hasta que como si de una pluma se tratara sé poso en el lugar ennegrecido que segundos antes había tocado la columna de luz.

La figura, un joven de unos dieciocho o veinte años, según cánones humanos pero con algunos rasgos elfos, estaba allí plantada con porte regio y hermosa melena castaña ondeando al viento. Los dunkel al ver que tenia la apariencia de un elemental y que había usado algún tipo de magia, mandaron a sus tropas contra el. Las tropas orcas que era las mas sanguinarias se lanzaron para machacar al recién llegado, pero este con un simple gesto descuartizo a los cuarenta orcos mas cercanos a el, provocando que toda la columna que había comenzado la carga se detuviera en seco.

Los dunkel y la coalición se quedaron quietos al instante. La figura complacida de que su acción había causado el efecto que deseaba se dirigió a ambos bando. -Quiero que los líderes de ambos bandos se acerquen al centro. –su voz fue transmitida mágicamente a todos los llanos azules.

Las filas de ambos bandos se abrieron dejando un camino por el que avanzaban los líderes. Tras unos minutos todos estaban presentes ante la figura, dejando una zona libre por la separación de ambos bandos.

La figura reconoció a uno de los elfos de la coalición, y también a un dunkel que había conocido en uno de sus viajes. Sin embargo ellos no lo conocieron a el, ya que sus rasgos habían cambiado hasta el punto de que era una persona nueva. Y por ello sus miradas de suspicacia y recelo se reflejaban en todos los presentes.

Tras reunir a los líderes de ambos bandos hizo un gesto con la mano hacia los cielos, - yo invoco al Padre de todo y a su hijo caído a que bajen de sus moradas celestiales. – El cielo ante tal hecho se abrió de par en par y dejo ver durante unos segundos un majestuoso lugar. – ¿Quien osa ordenar a sus dioses comparecer ante meros mortales?- La voz grave y eterna lleno todo la zona.

Sin embargo no hubo respuesta, pero si algo cambio, una figura con forma de enano bajo de los cielos que segundos después se dirigió al que lo había llamado. –Aquí me tienes hijo mío. – Miro al que lo había invocado. – ¿Que es aquello que queréis de los dioses? ¿Tu hijo no bajara?–Miro interrogativamente a aquellos ojos sabios e infinitos.-
El enano meneo la cabeza. – Parece que mi hijo cree que estar ante mortales es demasiado bajo para su condición, ¿pero antes de nada podrías decirme con quien esto hablando?-.

La figura miro a todos los presentes y soltando un suspiro comenzó a hablar – Pues no opino lo mismo durante su larga estancia en nuestro mundo. Soy Paul, el elegido por el equilibrio. Padre, veo que os encontráis bien, ¿que tal esta madre? Bien –respondió el elfo- cuidando de tu hermana. Me alegro –Miro de nuevo a los demás- Padre de todo, aquí esta mi elección-.

Todos los presentes sabían que implicaban esas palabras, por lo que esperaron ansiosos a la elección de Paul.

Mi labor como el equilibrio es mantener las fuerzas del mundo parejas, por ello yo como portador del equilibrio, destierro a los dioses a su mundo sin que puedan intervenir en este de ninguna forma, los dunkel y…- se hizo una pausa y una risa jocosa inundo el lugar- Jojojojo, eso es a lo que te referías con que destruirías a los dioses cuando realizaste aquel juramento hace seis años. Solo puedo decirte… -se paro de repente- Hijo así que eres tu el que ha enseñado al portador como usar su poder en tan poco tiempo. Te felicito por ello.- El anciano se transfiguro en un elfo. –Os presento a mi hijo menor, el dios del equilibrio-. Todos miraban a ambos dioses. - Padre esto es lo mejor que se puede hacer por aquellos a los que debemos proteger de nosotros y de si mismos, es hora de que nuestras creaciones o como tu las llamas tus hijos, aprendan a vivir por ellos mismos, y maduren sin que nos tenga detrás a nosotros. Es mas creo que nuestra labor es meramente contemplativa.-

Todo lo que estaba pasando era contemplado en los cielos y los caídos sobre todo el primogénito del Padre de todo no daban crédito a lo que veían y oían, y menos que habían sido desterrados de la tierra por la eternidad. Por ello bajo a la tierra a matar a aquel ser que había dictado el destierro ya que según sus ideas ningún mortal podría ordenar ni sentenciar a ningún dios. Pero la runa que a simple vista era invisible fue activada y no pudo cruzar el umbral que permitía acceder al camino hacia la tierra.

Impotente empezó a destrozar todo, hasta que la Madre de todo detuvo su locura. –Esto es tu culpa hijo mío, así que como tal afróntala con madurez y sabiduría como lo esta haciendo tu padre.- ante estas palabras se calmo y siguió contemplando la escena que se daba en la tierra junto con los caídos y los dioses soberanos.

-Bien Paul hijo de Fel’el y Celin y heredero de los elementales, ahora que has mandado a casa a los dioses, o mas bien, nos has prohibido actuar en el mundo mortal, has desequilibrado la balanza por… -Paul se adelanto y se puso a unos centímetros de los dos dioses- No me habéis dejado terminar, y como podréis ver aun quedan cosas por decir, así que terminare y cuando esto pase podréis decir las ultimas palabras y volver a vuestra morada.-

De nuevo esta vez se giro donde los elementales, los dunkel y los mortales se habían quedado en aquella conversación de dioses. – A partir de ahora los dunkel al igual que los elementales serán mortales, y como tales podrán morir a manos de cualquiera. Y para concluir con mis condiciones como portador del equilibrio, mi mera presencia desequilibra la balanza ya que ahora mismo poseo el poder de un dios, y como tal puedo hacer lo que me plazca pero la profecía se cumpliría, cosa que no deseo, al igual que tampoco deseo ascender como dios ante gentes que no conozco a excepción del dios del equilibrio, y bien saben los cielos el sufrimiento que he tenido que soportar estos años en soledad, por ello solo pido al equilibrio que enmendé su acción y me arrebate mi poder.

La última frase fue llevada por el viento en toda la planicie, y el silencio solo roto por el ulular del viento y los pájaros se mantuvo durante unos minutos. El padre de todo que empezaba a ascender hacia los cielos junto a su hijo menor comenzó a decir, –Paul de la casa Alian yo como Padre de todo junto con mi hijo el equilibrio te concedo tu deseo, pero tus acciones solo nosotros sabemos lo que acarrearan en el futuro. Pero si algo hay que alabar de ti, es el hecho de que eres más sabio que muchos dioses al renunciar a tu poder. Por ello yo te voy a conceder el ultimo don que los dioses concederán a un mortal, a partir de ahora serás el guía de los mortales y podrás corregir sus destinos si el mundo cree que es necesario enviándote una señal, y esta carga será tu legado a tu vástagos, y los hijos de tus vástagos hasta que la ultima gota de sangre de la casa Alian caiga en la tierra-.

Con aquella bendición o maldición como quieran llamarlo los dioses ascendieron de nuevo a los cielos y en todos ellos una runa se imprimió en su frente, la cual solo era visible al intentar descender al mundo mortal impidiéndoles el acceso. No se supo nada mas de ellos, ni de que paso con su existencia allá en los cielos.

Por otro lado en el mundo mortal la guerra termino, dunkel y elementales volvieron a sus respectivas zonas, los humanos, elfos, enanos, y gomos siguieron con la coalición y cada raza volvió a su casa lo mismo que orcos, trolls, goblins, y gigantes.

Y la paz perduro por generaciones, porque aunque pequeñas guerras en las expansiones de territorio por parte de uno u otro bando, no se volvieron a juntar dos ejércitos como hubo en las planicies azules, las cuales los bardos dieron miles de romances y cantares creando lo que se conocería por la eternidad como el destierro de los dioses.
Paul con su nuevo don, estuvo un tiempo con sus congéneres, pero pronto partió allá donde sus sueños le llevaban corrigiendo lo que el mundo creía que era necesario corregir.

Y Paul que era el heredero de Fel’el y Celin, paso a la historia como el primer oráculo ya que aun eones después, su sangre aun sigue en el mundo y todo aquel que lleva esa sangre tiene un destino fijado gracias a la maldición o bendición que el Padre de todo le otorgo.


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