El entrechocar de la piedra con la piedra produjo un sordo y
estruendoso ruido mientras las puertas de piedra maciza selladas mediante la
magia se abrían lentamente dejando que lo que antaño fue una ciudad prospera y
erudita ahora se viera en la más profunda oscuridad.
Los rayos del sol poniente luchaban con la oscuridad
mientras las puertas se abrían. Dentro no se podía ver mucho, la oscuridad que
había sumergido la ciudad era insondable, ni con antorchas dejaba ver más allá
de un palmo de terreno.
Las dos puertas de roca maciza se habían abierto tras unos
minutos de espera, una de las tres figuras que esperaban a tal hecho invoco un
haz de luz para poder ver a través de aquella oscuridad que se notaba que era
producto de algo fuera de ese plano de existencia.
Las tres figuras avanzaban cautelosamente por el corredor
solo pudiendo ver tres o cuatro palmos, que era lo que la el haz de luz
iluminaba. Tras haber avanzado ya un buen trecho el aire y la oscuridad
parecían inherentes al lugar, el aire seguía estancando con ese olor a tierra y
humedad, mientras que la oscuridad no daba ningún ápice de menguar.
Los minutos se convirtieron en horas y el camino obligaba a descansar
y después de la segunda parada, decidieron acampar donde estaban ya que aunque
no tenían una noción del tiempo propiamente dicha, sí que podían sentir que sus
cuerpos ya fatigados necesitaban de descanso para poder continuar con la
marchar.
Tres horas después una brisa les llego a los tres mientras
caminaban, por fin se había producido un cambio en aquel escenario. Todos
anduvieron con más alegría y rapidez, hasta llegar a la salida de aquel túnel.
Los antiguos habitantes se habían esmerando por que los
atacantes se desesperaran en la más absoluta oscuridad y que fueran atacados desde
cualquier lugar sin saber de dónde.
Tras pasar la puerta que daba a la ciudadela los tres
individuos vieron sobre sus cabezas el cielo estrellado, y enfrente suyo una
planicie de unos tres o cuatro kilómetros antes de llegar a una ciudad atacada
por los vegetales que se habían adueñado del lugar desde que se abandonó.
La ciudad había sido construida dentro de un volcán que ya
no erupcionaria por medios naturales, su magma había sido “absorbido” por los
magos de antaño para proporcionar la energía y materiales necesarios para que
aquella gran urbe pudiera alzarse como lo hizo.
Tras llegar a la
entrada de la muralla exterior, apartaron unas cuantas enredaderas que
obstruían el mecanismo de la puerta así como las bisagras de la misma. Las puertas
se abrieron con un ruido sobrecogedor.
Los tres compañeros avanzaron por las desiertas calles,
hasta que de repente una campa sonó en toda la ciudad. Las calles antes
desiertas ahora estaban abarrotadas de gente translucida.
Cada uno iba a sus asuntos, entonces fue cuando los tres
aventureros se dieron cuenta de que aquello era simplemente un recuerdo que la
ciudad les estaba enseñando. Una época en la que la ciudad bullía con gran
entusiasmo.
Los tres siguieron avanzando maravillándose de lo que veían
hasta que llegaron a uno de los tres edificios que tenían que llegar. Los
cuerpos etéreos de repente se disiparon en el aire como la niebla que se
levanta.
Todo estaba en calma, seguían avanzando con cautela, aquella
ciudad estaba abandonada hacia siglos, o eso era lo que contaban las leyendas,
pero como todo, nunca se puede hacer caso a los rumores y leyendas en aquel
mundo plagado por seres y criaturas que no tenían nada de natural.
Los tres individuos se pararon en seco al ver una sombra que
emergía del edificio. Oscura y portando una espada cuyo tamaño era el doble del
tamaño del portador, avanzo lentamente hasta que se paró a diez pasos exactos
de los visitantes.
No sois bienvenidos a mis dominós –La voz metálica y
estridente inundo todo el recinto haciendo que su sonido fuera el precedente al
sonido del abrir de puertas-.
Y por ello ahora me perteneceréis – Y con una estocada ágil
y rápida secciono la cabeza del mago que había en el grupo.
Sin tiempo de reacción el guerrero y la mujer tomaron un
paso atrás y desenvainaron, pero era demasiado tarde estaban rodeados por miles
de seres iguales que el que tenían en frente.
La lucha no duro mucho y al igual que el mago los cuerpos de
los dos guerreros permanecían inmóviles delante del ser de ultratumba que reía
estrepitosamente al saber que tres nuevos camaradas se habían unido a su
ejército de oscuridad.
Y la ciudad y el túnel volvieron al estado en que los
encontraron los tres visitantes pero con tres nuevos moradores en ella.
Olvidados y silenciosos hasta que otros osaran poner sus pies en los dominios
del oscuro titan.
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