domingo, 17 de febrero de 2013

La crónica de piedra



El mundo ha sido reiniciado miles de veces como se estipulo en las antiguas inscripciones de piedra dejadas por los primeros habitantes. En ellas se estipulo que debía de ser así para evitar la durabilidad de los conflictos de sus hijos, y que serían ellos los que realizaran esta labor una vez se haya decidido.

Pero como todo el mundo es impredecible este evento puede ser cancelado y como tal el mundo puede no ser reiniciado y vivir dos eras seguidas sin conflictos como paso antaño. 

Pero desde entonces no se ha vuelto a dar, los hijos de los primeros habitantes cada vez se vuelven más belicosos y arrogantes provocando grandes daños al mundo que sus ancestros habían dejado con ellos con tanto esmero.

La nueva sociedad marcada por las continuas guerras entre dos clanes han perdido todo conocimiento de las viejas costumbres llegando a tal punto que solo piensan en sacrificar a todo aquel que no siga con sus ideas.

Por ello esta nueva era se ha caracterizado por la división de los hijos de los primeros habitantes en dos grandes clanes, los tecnólogos y los druidas.

Ambos son fruto de la continua evolución de los hijos de los primeros habitantes, los tecnólogos han enfocado esta evolución en la evolución de sus cerebros y sus máquinas, creando una sociedad justa y ordenada, donde todos tienen un propósito que cumplir y una meta en la vida.

Establecidos en grandes ciudades viven armónicamente entre ellos y con los que los rodean, salvo con los druidas, que son una mutación genética, o eso es lo que exponen los tecnólogos ya que no comprende como los humanos pueden vivir en armonía con la naturaleza y por ello pueden tener esos poderes sobrenaturales.

Así que los ven como una seria amenaza a su bienestar, seguridad y continuidad. Por ello la única ley que trasgrede las leyes tecnólogas es la destrucción y exterminación de los druidas.

Los druidas al contrario que los tecnólogos su evolución se centró en la evolución del ser con sí mismo y la naturaleza, proporcionándoles poderes que se creían extintos, pero que la naturaleza supo conservar y ceder a aquellos que consideraba dignos.

Simples y ordenados los druidas al igual que los primeros habitantes del mundo, viven en armonía con la naturaleza, crean y destruyen sin romper esa armonía. Consumen lo necesario para vivir y dan las gracias a la naturaleza cada día.

Sus vidas son pacíficas, e intentan solucionar sus conflictos con el dialogo y la compresión cosa que han dejado de lado con su conflicto con los tecnólogos que les han hecho vivir ocultos en los bosques más profundos y cuevas más negras, pero aun así no pierden la esperanza de que un día aparezca su salvador, como indican las piedras inscritas por los primeros habitantes.

Pero ese día aún falta por llegar y mientras tanto tecnólogos y druidas siguen su feroz lucha por la supervivencia de ambos clanes hasta que el mundo se reinicie.

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