lunes, 18 de febrero de 2013

La guerra del Panteón



En los albores del universo los dioses bebían, jugaban y discutían sobre asuntos triviales y de la vida cotidiana que hacían.

Pero había un tema del que ningún dios se atrevía a hablar. Por ello cierto dios dio rienda suelta a su imaginación. Creo un cacho de tierra a la que dio forma y la coloco en un recóndito lugar del universo para mantenerlo en secreto, pero sabía de por sí que no duraría mucho hasta que los demás lo adivinaran.

Tras varios eones, los demás dioses descubrieron el secreto debido a que uno de ellos siguió en las salidas de este a ver su creación, y fue a contárselo a los demás.

Tras enterarse los dioses discutieron durante años que iba a pasar con dicha creación. Las discusiones pasaron de críticas a propuestas y de propuestas a hechos, pero había algo que todos tenían claro desde el principio, que el creador junto con su casa no participaría en nada que se decidiera.
Las seis primeras casas llegaron a un consenso, cada uno se encargaría de otorgar una parte a la nueva creación.

La primera casa, Choleron, era la encargada de implantar la vida vegetal en el mundo, ya que serían el sustento de lo demás. La casa, Matarión, establecería las relaciones entre el mundo y los seres vivos, además de la creación de las montañas y los valles, el mar y los ríos, playas y desiertos.

Tras ser establecido que las dos primeras casa se encargarían de modelar el nuevo mundo e implantar seres vegetales en él, se pasó a dictaminar las funciones de la tercera casa. La casa Magron se encargaría de colocar, un poder mínimo de los dioses que llamarían magia, y que con tiempo y paciencia esta se extendería por el mundo otorgando poderes a los posibles seres racionales que pudieran habitarlo. 

Y para finalizar la cuarta, quinta, y sexta casa serían las encargadas de colocar en el nuevo mundo, la vida animal y racional. La cuarta casa, los Irrondon serían los encargados de poner animales en los diversos ecosistemas que habían creado la segunda casa.

Los Hamaularon, serían los encargados de colocar a los humanos, una especie evolucionada y superior a los animales, mientras que la casa Echelon, se encargaría de colocar a los elfos y los enanos. Aunque todas estas razas poseían inteligencia similar, a todas les fueron infundadas características propias de los dioses que las crearon.

Pero después de que la 7ª casa fuera excluida de cualquiera tarea, ellos no lo aceptaron, y a escondidas de las demás casas colocaron en los seres racionales emociones que los otros dioses no habían puesto, como el odio, la envidia.

Tras colocar estas emociones que los demás dioses tardaron en descubrir, la séptima casa estaba en constante tensión por las posibles consecuencias, ya que contra menos tiempo pasara más leve seria la sentencia.

Pero los deseos de los Daloron no fueron recompensados, y las demás casas descubrieron lo que hicieron, provocando que la séptima casa, la casa Daloron, fuera exiliada a un plano de existencia inferior al que Vivian los dioses.

Tras varias décadas desde que la séptima casa fue exiliada, las seis restantes crearon libros. Cada una de lo que le correspondió poner en el mundo, y en un lenguaje que solo ellos conocían. Pero al igual que antaño la casa séptima hizo lo mismo, pero en su libro no puso lo que creo, sino que puso lo que se podía crear con el poder de la magia.

Los seis libros de las primeras casas se colocaron en un lugar sagrado donde permanecerían hasta que los descubrieran en su refugio de nogales, mientras que el séptimo libro fue colocado bajo un lago al otro lado del mundo.

Los libros estaban a la espera que los encontraran, por eso lo pusieron ahí los dioses, para guiar a sus creaciones y llevarles por el buen camino, es lo que paso, los hombres, elfos y enanos fueron los primeros en descubrir los libre uno por uno.

Ante esto los magos de las tres razas, construyeron la torre del diamante donde se guardaron.
El mundo era joven y los seres que lo habitaban empezaron a corromperse debido a las emociones que les introdujeron los dioses de la séptima casa. Lo que provoco la separación de las razas, las razas en familias, las familias en nobles y plebeyos y eso comenzó a dividir también el territorio.

Pero algo hubo que no cambio, fue la torre del diamante, los magos se alinearon a la neutralidad porque ellos solo tenían el objetivo del conocimiento, y por lo tanto no intervinieron en las disputas de los demás.

Uno de los magos en un peregrinaje dio con el libro de la séptima casa y al ojearlo y ver que podía hacer empezó a corromper a las razas en experimentos que llevo a cabo. Estos experimentos dieron lugar a nuevas razas como orcos, trolls, goblins, y demás seres que pueblan el mundo.

Esto provoco que diera lugar a la gran primera guerra donde los magos y razas benignas se unieron para combatir a este mago y sus creaciones.


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